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En el mundo empresarial, la subcontratación u outsourcing consiste en la contratación que hace una organización de otras empresas externas para que asuman tareas relacionadas con su actividad o core de negocio. En Colombia, esta modalidad se ha convertido en una tendencia de sectores como el industrial, petrolero, minero, de construcción, ventas y call centers
Para Fernando Asencio, gerente de Clever Global Colombia, una multinacional especializada en la gestión global de proveedores y contratistas, aunque este tipo de relación contractual cada día crece en el país, es importante que las empresas conozcan cuáles son los riesgos que podrían acarrear a la hora de subcontratar. A continuación, algunos de los más representativos:
Tiempos reducidos para seleccionar a proveedores
Las prisas reducen cada día los tiempos de inversión y reflexión de los directivos a la hora de contratar el proveedor que más le convenga a su empresa. Es por esto que uno de los mayores peligros es conceder finalmente el servicio al que ya se conoce, con el fin de ahorrar esfuerzos y reuniones. Sin embargo, de esta manera la empresa se conforma con lo primero que encuentra y, probablemente, dejará escapar otras ofertas y propuestas que podrían haber sido más interesantes en términos de calidad, tiempos de entrega o incluso de la seguridad industrial y física que aporta (un accidente puede ser más costoso que una ineficiencia operativa).
Fuga de información
Muchas veces trabajar con otras empresas o profesionales en un mismo proyecto significa ceder información propia de la compañía a externos bajo la premisa de desarrollar una labor de manera completa. No obstante, esto también implica correr el riesgo de que haya datos que terminen en manos de terceros. Por ello, la recomendación es establecer las reglas mínimas de confidencialidad desde el principio para evitar este tipo de inconvenientes.
Falta de seguimiento
En ocasiones, las organizaciones delegan a las empresas subcontratistas gran parte de sus operaciones dada la confianza que tienen en las mismas. Sin embargo, eventualmente la falta de supervisión de los procesos genera fallas operacionales que pueden traducirse en altos costos, no solo derivados de la ausencia de eficiencia, sino también de demandas judiciales o accidentes.
Por ello, la recomendación de Clever Global para todas las compañías en Colombia es seguir la metodología de control de contratistas, que permite comprobar que empleados cumplan la normativa internacional vigente por medio de la gestión documental.
“Cada día que pasa sin tener los métodos de control adecuados es un riesgo importante para sus operaciones y para la economía de su empresa, pues una demanda, un accidente o una auditoría de la secretaría no pasada, les puede costar mucho dinero”, concluye Asencio.