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El acelerado crecimiento de los contagios y muertes por el COVID-19 tiene en alerta a las autoridades de Barranquilla, justo cuando se cumplen este sábado tres meses del primer caso en el país.
El departamento del Atlántico y su capital Barranquilla son actualmente uno de los focos más preocupantes de la pandemia, con 5.808 casos de COVID-19, de los cuales 2.283, equivalentes al 40%, fueron confirmados en los últimos siete días, lo que muestra la tendencia ascendente de la curva, atribuida en parte a la desinformación, la indisciplina social y la pobreza.
En toda Colombia hay confirmados 36.635 contagiados, 1.145 fallecidos y 13.638 recuperados, según el Ministerio de Salud.
Situaciones similares se viven en Soledad, Malambo, Puerto Colombia y Galapa -que integran el área metropolitana de Barranquilla y representan casi el 90 de la población de 2,5 millones de habitantes del Atlántico-, donde hay quienes temen que los servicios de salud se vean desbordados si el ritmo de los contagios no disminuye.
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SATURACIÓN DE LAS UCI
Ante ese panorama, el procurador general, Fernando Carrillo, alertó al Ministerio de Salud de “la progresiva saturación de la capacidad” de las 411 unidades de cuidados intensivos (UCI) de Barranquilla, que llegó al 90%.
Al respecto, el secretario de Salud de Barranquilla, Humberto Mendoza, manifestó que “ya están en la ciudad 110 nuevos respiradores que comenzaron a ser instalados (…) y se sumarán a 200 más que próximamente enviará el Gobierno nacional”.
Además, en el Centro de Eventos Puerta de Oro fue montado un hospital de campaña con 600 camas para desahogar los hospitales y otras 300 fueron habilitadas en el Hospital Universitario Cari gracias a una donación de empresas privadas. Efe