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No es cuestión de mitos ni vanidad, es cuestión de salud. ¿Cuál es una de las formas simples para reducir el riesgo de enfermedades? Beber agua. Realmente es así de fácil. El agua representa más de la mitad del peso corporal, y sin la cantidad adecuada, el cuerpo no puede funcionar de la mejor manera.
Siempre se ha recomendado beber al día ocho vasos de agua. Sin embargo, la Academia Nacional de Medicina Colombiana recomienda consumir 2.7 litros de líquidos u 11.4 vasos de agua para las mujeres, y 3.7 litros o 15.6 vasos para los hombres. Pero no basta solo con hidratarse con líquidos. Es necesario añadir a la dieta diaria alimentos como plátano, melón, aguacate, espinacas, lechuga, pepinos o tomates.
La buena hidratación apoya el sistema inmunológico del organismo, ayuda a la salud de la piel y mantiene nuestra mente despejada para aumentar la productividad diaria. Por esto, Betty González, Nutricionista de Amway comparte algunos consejos útiles para tener en cuenta y lograr un bienestar de vida balanceado.
- Cumplir con la cuota diaria de agua: Consumir agua durante todo el día ayuda a desechar toxinas y rehidratar el cuerpo. Es ideal, beber por lo menos de ocho a once vasos de líquido al día, es decir un promedio de dos litros al día, de los cuales mínimo el 80% debe ser agua. Además, aumentar la cantidad si realiza actividad física o se encuentra en climas cálidos o húmedos. De la misma manera, es recomendable incluir en la rutina diaria una botella de agua como tu mejor aliado.
- Preste atención si tiene sed: No consumir la cantidad suficiente de agua puede ocasionar deshidratación, lo que genera cansancio y pérdida de energía en el cuerpo. Mantenerse hidratado ayuda a mejorar síntomas como sequedad en la boca, dolor de cabeza, mareos e incluso, acelera la recuperación de enfermedades en general. Si desea agregar algo extra al agua, puedes usar algún saborizante natural con vitaminas para darle un agradable sabor de frutas al agua. Otra alternativa es agregar limón, una fuente de vitamina C, que es conocida por apoyar el sistema inmunológico.
- Consuma agua potable: No toda el agua proviene del mismo sitio. Incluso el agua puede recoger contaminantes entre la planta de tratamiento y el grifo. Se debe tener seguridad que el agua que bebe o cocina es lo más segura posible. El uso de purificadores de agua es ideal. Según Instituto Nacional de Salud, de las 200 mil muertes anuales en el país el 71% es por causa de la mala calidad del agua.
- Cuide la piel con agua: Sin agua, la piel se torna seca, tensa y escamosa debido a la deshidratación. Además, de un cuidado de la piel adecuado, se debe mantener una hidratación profunda y duradera. Así mismo, la aplicación de sueros de hidratación y cremas humectantes de noche que contengan ingredientes naturales ayudan a retener la humedad en la piel siendo una excelente alternativa para que el rostro luzca siempre suave y lozano.
- Lavar, secar, hidratar, repetir: El lavado constante de manos y el uso de geles desinfectantes puede causar estragos en la piel dejándola seca, irritada y agrietada. Los tratamientos en las manos son una excelente manera de rehidratar la piel utilizando productos con base en aceites, huevo, avena entre otros para humectar, suavizar y tener una piel sana
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Los efectos de la deshidratación pueden generar dolores de cabeza, mal humor, falta de concentración, fatiga y hasta calambres musculares que afectan el rendimiento diario. Por lo tanto, mantenerse hidratado permitirá tener un cuerpo sano, que no solo se sienta bien, sino que también se vea bien.