Las personas de mediana edad que duermen regularmente seis horas o menos por la noche podrían tener más riesgo de padecer demencia en etapas posteriores de la vida, según expone un estudio publicado este martes en la revista “Nature”.
La investigación, liderada por expertos de la Universidad de París, ha analizado datos de un amplio estudio de seguimiento desarrollado por el University College London (Reino Unido) entre casi 8.000 adultos durante 25 años, denominado “Whitehall II”.
Para este y otros trabajos similares, los participantes registraron sus patrones de sueño y algunos llevaron pulseras de actividad nocturna para verificar la precisión de los datos generales.
A partir de esta información, los investigadores concluyeron que aquellos de edades comprendidas entre los 50 y 60 años que duermen habitualmente seis horas o menos -frente a las siete horas recomendadas- tienen más riesgo de padecer demencia.
Los expertos advierten que estas conclusiones no establecen una relación de “causa y efecto”, pero sugieren que existe un vínculo entre la duración del sueño y riesgos en el desarrollo de demencia.
También detectaron que un patrón de sueño “de corta duración persistente” en personas de mediana y avanzada edad (entre 50 y 70 años) aumenta en un 30 % el riesgo de padecer demencia, al margen de otros factores de riesgo conocidos, como el cardiometabólico o la salud mental.
Los expertos recuerdan en un comunicado que, cada año, se diagnostican 10 millones de nuevos casos de demencia en todo el mundo, en los que la alteración del sueño es uno de los síntomas más comunes.
No obstante, su estudio parece indicar ahora que los hábitos de sueño en etapas de vida anteriores podrían contribuir a su posterior aparición.
Por ello, destacan la importancia que tiene el control del sueño sobre la salud mental, lo que plantea la posibilidad de que futuros estudios analicen si una mejora en ese sentido puede contribuir a la prevención de la demencia.