Mientras estudiaba la maestría en Malasia, Laura Daniela Muñoz se hizo de una propiedad en Colombia junto con su mamá y su tía. Con ello se dio cuenta que compartir el gasto les evitaba adquirir deudas grandes, y dejaba las cuentas claras para evitar conflictos futuros. Esa fue la chispa de un nuevo proyecto de emprendimiento.
Tal proyecto se consolidó rápidamente, pues Laura trabajaba con Diego Varela activamente en búsqueda de un emprendimiento sostenible en el tiempo y del gusto de los dos. Ellos se habían conocido trabajando en una startup colombiana, donde Diego era el COO, y ya contaba con amplia experiencia en marcas importantes como Uber y Amazon. En enero de 2022 ambos aterrizaron la idea de lo que hoy es Ambana: una startup que permite a cualquiera ser dueño de porciones de un activo inmobiliario, desde cantidades muy bajas, y empezar a recibir rentabilidad desde el primer día.
“La idea de Ambana es parte de una tendencia de innovación en productos alternativos de inversión, como arte, vino, o fracciones de acciones, que lleva consolidándose unos años y ha permitido que más gente adquiera productos hasta ahora reservados para unos pocos, así como un mayor acceso al mundo de la inversión por medio de la fraccionalización”, comenta Diego Valera, cofundador.
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En esta plataforma, los usuarios pueden adquirir un porcentaje de un inmueble en conjunto con otras personas. Esa propiedad está en renta y cada propietario recibe un ingreso proporcional a la fracción comprada. Además, al venderse luego el inmueble (unos años después), se recupera la inversión inicial más el valor que aumente por su apreciación. Es importante resaltar que la plataforma permite vender el porcentaje del inmueble a otro inversor en cualquier momento, si así se desea.
“Somos una plataforma muy líquida; el cliente va a poder tener una renta mensual, ese ingreso pasivo que hace falta en Latinoamérica. Además, si no puede esperar a que Ambana venda la propiedad en cuatro o cinco años, puede vender su participación antes si necesita el dinero”, apunta Laura Muñoz, cofundadora.
En un mercado como el colombiano, donde para adquirir un inmueble por lo general se pide el 30% del valor inicial, Ambana cuenta con la ventaja de poder invertir desde $500 dólares. Con ello buscan democratizar el acceso a la inversión en bienes raíces, al volverla algo que el público en general pueda comprender.
“Buscamos que la gente invierta en algo que entienda. La gente no conoce los retornos reales de finca raíz, o el funcionamiento de la bolsa de valores. Queremos que en Ambana encuentren una forma de inversión fácil de comprender: todos conocen las casas, saben que rentarlas te da dinero”, continúa su cofundadora.
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En septiembre de 2022 comenzaron a trabajar con Techstars, la aceleradora de J.P. Morgan, que les facilitó el capital para terminar de constituir la empresa y adquirir sus primeras propiedades para venta, tanto en Colombia como en Estados Unidos. Ahora, en noviembre, Ambana tendrá una etapa de preventa, para hacer el lanzamiento oficial a inicios de diciembre. Antes de que termine el año buscan vender dos propiedades: un inmueble listo y otro en etapa de financiamiento para su construcción. Ambos se encuentran en Miami y aunque cuentan con diferentes condiciones de rentabilidad, tienen un punto de entrada de $500 dólares cada uno.
Para el 2023, tienen la meta de vender 35 propiedades, iniciando con dos por mes y aumentar conforme avance el año. Se enfocarán principalmente en Colombia, con la idea de dar el salto a Chile, país que cuenta con los precios de bienes raíces más caros por metro cuadrado en la región.
“Aunque seamos muy asequibles y busquemos democratizar la inversión, también queremos ser una marca aspiracional”, comenta Laura. “Que la gente pueda decir: tengo una propiedad… o más allá, tengo una casa en Miami”.