Por Freddy Serrano Díaz
Estratega Político
“No se le olvide mi ancheta.. “, me replicó una amiga hace unos días al concluir una actividad paga, como si se tratara de un botín de guerra, en espera de algo más, “una esquirla”, “una ñapa”, tal vez un añadido que responda al merecimiento.
No nos digamos mentiras, activistas, voluntarios, familiares, amigos y colaboradores, tal como los dirigentes adscritos a la actividad política, siempre esperamos algo, una compensación por el tiempo, el trabajo, el esfuerzo, así las cosas involucrarse en este ejercicio no tiene nada que ver con ideales, sueños o ilusiones.
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Pues bien, dicha está verdad que entre dientes hemos querido ocultar por años, hay que entender que la hostilidad en la dinámica es proclive a tantas decepciones y desengaños, asociados a la necesidad de figuras nuevas, renovadas y distintas, que al final terminen haciendo lo mismo: dándonos “más promesas y menos realidades”.
Lo dicho no puede leerse de otra manera y no ha de ser del todo preocupante, la democracia supone vender una expectativa, de lado y lado, tener quien la compre y ocuparse de un mercado de argumentos menos soso, denso o aburrido.
Él o ella esperan mi voto, yo espero que se me dignifique y respete, todos queremos algo, que las cosas sean diferente, cuando los que debemos cambiar somos nosotros mismos, condición humana.
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Navidad es época de regalos y de familia, acaso, ¿serán suficientes diez mil litros de old parr para abastecer los obsequios que tanto hacedor de favores espera este año?, esa es la cuestión, mucho, poco o nada, todos esperamos se nos compense con la excusa: “no es que me regale, es que me pague”.
“Hacer más y esperar menos, hará justicia, en proporción a menor ilusión, menor decepción”.