Por: José David Name Cardozo
Senador de la República
Partido de la U
Una deuda añeja es la que tiene la empresa Triple A, desde hace más de 20 años, con el municipio de Soledad, Atlántico. Pese a que la prestación del servicio durante estas dos décadas ha contribuido a mejorar las condiciones de sanidad y bienestar de los habitantes, se ha incumplido con una de las necesidades más apremiantes de los soledeños, contar con una planta propia de tratamiento de agua potable (PTAP).
Tras años de ver como les “bailaban el indio” con la construcción de la planta, la administración municipal decidió, en el 2022, no ampliar la prórroga del contrato con la Triple A, e iniciar un nuevo proceso licitatorio para la prestación de los servicios de acueducto y alcantarillado del municipio por un periodo de 25 años. Una determinación que encendió, con toda razón, la preocupación de las autoridades locales y nacionales, por las implicaciones que tendría en la región y su impacto en las tarifas de los usuarios.
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Después de meses de controversias sobre el cambio del operador, se tomó la que se considera, por ahora, la mejor opción: que la Triple A continuara como operadora de los servicios de acueducto y alcantarillado en Soledad, a través de una prórroga de 18 meses del contrato. Sin embargo, los cuestionamientos siguen rondando la operación y las inversiones que, según la compañía se han realizado hasta ahora.
Además de no contar con un sistema propio de producción de agua potable, la comunidad reclama la no ejecución de obras de mantenimiento, así como la falta de inversiones de recursos en saneamiento básico. Omisiones que han impedido cerrar la brecha en el acceso al servicio de alcantarillado y mejorar la cobertura de uno de los municipios más grandes e importantes de Colombia.
Es más que justificado el reproche de los habitantes contra la empresa de acueducto y alcantarillado por los incumplimientos del contrato. En esta nueva prórroga, la Triple A tiene la obligación de corresponder a la confianza brindada por los soledeños, realizando las inversiones prometidas en saneamiento básico, ampliación de redes, y la construcción del nuevo acueducto municipal con la planta de tratamiento de agua potable.
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Ante la incertidumbre por el futuro de la Triple A en medio del proceso que atraviesa con la Sociedad de Activos Especiales (SAE), por el contrato de compraventa de acciones, inquieta que las aguas turbulentas de tal situación, empiecen a manchar su funcionamiento y prestación de servicios en Barranquilla y el Atlántico, dejando en riesgo la ejecución de planes de inversiones como los que están pendientes en el municipio de Soledad.
El retorno de la compañía a manos de los barranquilleros es el anhelo de los ciudadanos, esperamos que los entes de control y el Gobierno nacional pronto aclaren las dudas y devuelvan el manejo de la empresa al distrito, para que se recupere la confianza del sector financiero se continúe prestando un servicio de calidad en el departamento del Atlántico y que por fin se honre el compromisos con los soledeños.