3,4 millones de ecuatorianos están convocados a las urnas para elegir entre la correísta Luisa González y el joven empresario Daniel Noboa.
Los centros de votación comenzaron a abrir en Ecuador para celebrar la segunda vuelta de las elecciones presidenciales extraordinarias, donde más de 13,4 millones de ecuatorianos están convocados a las urnas para elegir entre la correísta Luisa González y el joven empresario Daniel Noboa a su nuevo o nueva gobernante.
Tras un acto protocolario con las principales autoridades del Estado presentes, la jornada electoral comenzó a las 7:00 hora ecuatoriana y se prolongará durante diez horas hasta las 17:00, momento en el que comenzará el escrutinio de papeletas para conocer al sucesor del actual presidente, el conservador Guillermo Lasso.
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Con esta votación culminará un proceso electoral excepcional marcado por la crisis de seguridad y violencia del crimen organizado que azota a Ecuador y que se trasladó también a estos comicios con el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, acribillado a la salida de un mitin electoral en Quito once días antes de la celebración de la primera vuelta.
El ganador tendrá un corto mandato de unos 15 meses para completar el periodo 2021-2025, que no culminará Lasso, ya que optó por dejar el cargo antes de tiempo y forzar estos comicios extraordinarios al declarar en mayo pasado la “muerte cruzada”, un mecanismo constitucional con el que disolvió la Asamblea Nacional (Parlamento) cuando esta, controlada por una mayoría que lideraba el correísmo, se aprestaba a votar su destitución.
Histórica elección
En caso de imponerse González, la abogada de 45 años con orígenes campesinos de la costa ecuatoriana se convertirá en la primera mujer en ganar unas elecciones presidenciales, mientras que si lo hace Noboa pasará a ser, con 35 años, el presidente más joven de la historia de Ecuador.
Por un lado, la candidata de la Revolución Ciudadana (RC), el movimiento que lidera el expresidente Rafael Correa (2007-2017), es una mujer de plena confianza del expresidente que enarbola la esperanza del correísmo de volver a gobernar Ecuador, luego de siete años sin hacerlo, y así devolver la estabilidad que tuvo el país durante el decenio presidencial de Correa.
En el otro costado, el candidato de la alianza Acción Democrática Nacional (ADN) es heredero de una de las familias más ricas de Ecuador y está a un paso de cumplir el sueño presidencial de su padre, el magnate del sector bananero Álvaro Noboa, que fue candidato presidencial en cinco ocasiones, sin lograr triunfar en ninguna de ellas.
El joven empresario fue la gran sorpresa de la noche electoral de la primera vuelta, pues no partía como favorito en estos comicios pero fue visto como una cara nueva en la política y su actuación en el primer debate lo catapultó a este balotaje, con un programa enfocado en la creación de empleo y de oportunidades para los jóvenes.
Pulso entre dos exasambleístas
En este pulso entre dos integrantes de la disuelta Asamblea, el último sondeo difundido hace diez días, antes de que entrase en vigencia la prohibición de publicar encuestas, daba al empresario una ventaja de 6,56 puntos porcentuales, al registrar la encuestadora Comunicaliza un 52,28 % de voto válido para Noboa frente a un 46,72 % para González.
González y Noboa llegaron a este balotaje tras ser los dos candidatos más votados en la primera vuelta con un 33,61 % y 23,47 %, respectivamente.
En paralelo a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales se celebra también en el exterior la repetición de los comicios para la Asamblea Nacional, después de los problemas sufridos en la primera vuelta con la plataforma informática del voto telemático, lo que obligó a realizar de nuevo estas votaciones, que definirán seis escaños en el hemiciclo.
Fuertes medidas de seguridad
Al igual que en la primera vuelta celebrada el 20 de agosto, esta jornada de votación volverá a tener un fuerte dispositivo de seguridad con unas 100.000 personas enfocadas en garantizar el correcto desarrollo del sufragio, entre ellas unos 53.000 policías y 42.000 militares.
La seguridad se ha reforzado en los locales de votación de las zonas costeras donde se concentra la violencia de las bandas del crimen organizado vinculadas eminentemente al narcotráfico, que ha elevado en los últimos cinco años la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes de 5,8 a 25,62 y que este año puede acabar en torno a 40.
En estos comicios habrán más de 300 observadores internacionales, entre ellos más de 80 de la misión de la Organización de Estados Americanos (OEA), liderada por la exvicepresidenta y excanciller de Panamá Isabel De Saint Malo, así como una misión de expertos de la Unión Europea (UE), entre otros organismos intenracionales.
EFE