Basta de buscar culpables para tener con quien pelear, atribuir responsabilidad a otros nos impide abordar los problemas.
Los gobernantes dañinos suelen culpar a sus predecesores por lo malo que ocurre en su mandato, creen equivocadamente que eso les permite desviar la responsabilidad y justificar los problemas actuales.
El turbulento ejercicio de gobierno les hace vivir engañados al amparo de estrategias erradas según las cuales, se gana apoyo popular con culpables y no con soluciones.
Si el votante dejó claro en la última elección que hacía falta un cambio, ¿qué necesidad tiene un líder de compararse con el pasado a partir de excusas?… ojalá entendieran: “podemos terminar mañana siendo iguales a lo que un día criticamos”.
Son muchos los actores de nuestra democracia, esos que argumentan… – Como otros lo hicieron yo puedo hacerlo -, pues bien, el camino es otro, deben disminuir pretextos y justificaciones, deben gobernar diferente.
No existe exoneración o mejor, no se libra de obligación ó responsabilidad a un líder que se ampara en decir: “lo de ellos fue peor”, al final del día está reconociendo que lo suyo es malo, así según dice, sea menos perjudicial.
Basta de buscar culpables para tener con quien pelear, atribuir responsabilidad a otros nos impide abordar los problemas y prevenir que vuelvan a ocurrir, al final del día el “qué”, siempre será más importante que “quién”.
La honestidad y la transparencia, hacen parte del compromiso con lo público, ayudan a superar la mentalidad mediocre de las excusas, promueve un liderazgo efectivo.
“Si otros fueron corruptos, inoperantes, vasallos, volubles ó estériles en su gestión, señalarlos puede promover un castigo pero no te libra del tuyo”.
Por: Freddy Serrano Díaz
Estratega Político