La epidemia de hepatitis E declarada el pasado abril en la región de Diffa, en el sureste de Níger, ha dejado ya 33 muertes sobre un total de 766 casos detectados de esta enfermedad, lo que supone una tasa de mortalidad del 4,3 %.
Las cifras fueron comunicadas hoy en el último informe de la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), que apunta que el foco principal de la epidemia se encuentra en la ciudad de Diffa, capital de la provincia del mismo nombre, donde hay 230 casos.
Las mujeres están resultando particularmente afectadas, ya que suponen un 61 % de los casos frente al 39 % de los hombres.
Para luchar contra la epidemia, el personal sanitario de Diffa y los trabajadores de agencias humanitarias llevan a cabo constantes campañas de prevención, particularmente de hábitos de higiene, y de mejora de los puntos de acceso al agua potable y de los sistemas de saneamiento, reseñó Efe.
En los campamentos de refugiados (en su mayor parte nigerianos), que abundan en la región de Diffa, se están distribuyendo bidones de 20 litros de agua potable, y se están construyendo letrinas y lavabos para reducir los riesgos de contagio ligados a la promiscuidad humana, explicó a Efe un agente humanitario en Diffa.
El presupuesto estimado del Plan de respuesta elaborado conjuntamente por los organismos sanitarios y las agencias humanitarias asciende a 9 millones de dólares.