ESA busca apoyo de los países para su misión de desviar asteroides

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La Agencia Espacial Europea (ESA) quiere “claramente” tener un programa de protección planetaria que estudie la posibilidad de desviar la trayectoria de asteroides peligrosos, por eso trabaja en una “versión simplificada” y más barata del proyecto que el pasado diciembre rechazaron los países miembros.

Así lo señalaron en rueda de prensa varios de los expertos que participan en la quinta edición de la Reunión de Ciencias Planetarias y Exploración del Sistema Solar que se celebra hasta el día 8 en la sede de la ESA en Villanueva de la Cañada (Madrid).

En el último consejo ministerial de la ESA celebrado en Lucerna (Suiza) en diciembre del año pasado, los países miembros de la agencia no consiguieron reunir el dinero suficiente para financiar el desarrollo del programa europeo AIM, que formaba parte de un proyecto conjunto con la NASA y tenía el fin de estudiar la posibilidad de desviar de su trayectoria a asteroides peligrosos.

En esa reunión, la ESA ya indicó que, pese a la falta de fondos por parte de los países miembros, el programa no estaba muerto.

En la actualidad, sus responsables han desarrollado una versión simplificada del mismo que reduce su precio de 250 a 210 millones de euros.

“Basándose en el interés de muchos países, el director general de la ESA, Jan Woerner, ha dejado claro que quiere un programa de protección planetaria para desviar la trayectoria de asteroides; quiere seguir adelante”, aseguró hoy a los medios Michael Küppers, científico de la ESA especialista en cometas y asteroides.

En este sentido, no habrá AIM para 2020 (su fecha inicial de lanzamiento), pero “seguimos estudiando el programa” para tratar de tener una misión en el futuro, subrayó Küppers, quien recordó que mayormente fueron los países miembros más grandes los que no apoyaron en su día el proyecto; estos se volcaron más en misiones como Exomars (Marte) o en el nuevo lanzador Ariane 6, reseñó Efe.

Por eso, no se llegó a la financiación necesaria (en diciembre estaban en juego cien millones de euros iniciales, aunque más adelante había que comprometer más partidas para su continuidad).

De ahí que la ESA haya decidido reducir los costes. No obstante, incluso con esto “hoy en día la financiación es insegura”, apuntó Küppers, quien agregó que tal vez haya que considerar no solo reducirla, sino desarrollar otra misión más atractiva para los países.

Por su parte, Adriano Campo Bagatin, de la Universidad de Alicante (este de España), declaró que hay que convencer a países como Alemania o España, que a su juicio debería tener un “rol protagonista”.

Campo, quien expuso a los expertos los pormenores de esta “versión simplificada” de AIM, resumió que una misión de este tipo merece la pena por su ciencia, su tecnología y también por la publicidad.