Las autoridades de Bangladesh contabilizan ya 151 muertos fundamentalmente por los deslizamientos de tierras causados por las lluvias en el sureste del país en los últimas días mientras buscan en el barro a al menos diez desaparecidos.
Hasta el momento se han registrado 107 muertos en el distrito de Rangamati; 35 en el de Chittagong; 6 en Bandarban; 2 en Cox’s Bazar y 1 en Khagrachari, según informaron a Efe autoridades locales y el director general del Departamento de Gestión de Desastres (DMD), Reaz Ahmed.
El jefe del servicio de Bomberos de Rangamati, Didarul Alam, explicó que en las últimas horas han recuperado el cuerpo de una mujer ahogada y han sacado otros dos cadáveres del barro en diferentes puntos de esa zona.
Además, han recibido información de al menos diez desaparecidos.
Ahmed indicó que antes de esa actualización el balance establecía en 104 los muertos en ese distrito, el más castigado por las lluvias.
Didarul señaló que continúan las tareas para tratar de recuperar cuerpos de entre el barro, un dispositivo que ha sido reforzado por la llegada de ayuda de los distritos vecinos.
“Un total de 62 bomberos, de distritos vecinos se han sumado a nuestros 25 miembros en las tareas de rescate”, dijo. Efe
Se trata de “una enorme batalla porque los campesinos no están seguros de donde pueden haber quedado los cuerpos” de los vecinos desaparecidos, señaló.
El secretario del Ministerio de Gestión de Desastres de Bangladesh, Shah Kamal, manifestó el miércoles que estos son “los peores deslizamientos” de la historia en el país, que en 2007 ya tuvo una experiencia parecida cuando 127 personas fallecieron como consecuencia de los lodos provocados por las lluvias.
Las precipitaciones comenzaron hace cinco días pero se intensificaron entre el martes y el miércoles llegando a registrarse hasta 343 milímetros de agua en 24 horas en Rangamati.
Los distritos del sur de Bangladesh sufren habitualmente los efectos del monzón y de los ciclones tropicales en esta época del año, lo que muchas veces se ha traducido en catástrofes que se han cobrado gran cantidad de vidas, pese a los intentos del Gobierno por regular la construcción y emplazamiento de viviendas.