El Gobierno de Sri Lanka ha desplegado 2.000 militares y personal médico para hacer frente a una de las peores epidemias de dengue de su historia, con casi 80.000 casos en lo que va de año.
Además de médicos y enfermeras, se ha destinado personal civil y militar a eliminar las concentraciones de agua estancada, caldo de cultivo para la cría del mosquito “Aedes aegypti”, explicó a Efe el director general de Servicios Sanitarios, Jayasundara Bandara.
“Se han reconvertido plantas psiquiátricas y de maternidad, se han asignado médicos especializados para ocuparse de los casos en hospitales de algunas áreas que no contaban con médicos especializados en dengue”, explicó Bandara.
En Negambo, una de las localidad más afectadas, se ha encargado al Ejército la construcción de plantas temporales para ingresar a los enfermos, que ya duplican el número de camas disponibles en al menos nueve distritos del país, dijo a Efe el director de la Unidad para el Control del Dengue, Hasitha Thiser.
“Para hacer frente a la situación hemos convertido otras salas de los hospitales en plantas de atención del dengue y estamos haciendo todo lo que podemos para tratar el asunto”, afirmó.
Según datos del Ministerio de Sanidad de Sri Lanka, en los primeros seis meses del año se registraron al menos 225 muertes y 79.118 casos de dengue, frente a los 55.150 de todo 2016.
Las abundantes lluvias de la actual época monzónica crean las condiciones idóneas para la expansión del dengue, ya que el agua estancada es un caldo de cultivo para la reproducción de los mosquitos, portadores de la enfermedad.
Las fuertes precipitaciones caídas en junio en el país causaron 212 muertos y 79 desaparecidos, lo que hace un mes llevó al representante de Unicef en Sri Lanka, Tim Sutton, a advertir de las enfermedades transmitidas por el agua, como el dengue.
Ya entonces, dijo, comenzaban a salirse “fuera de control”, informa Efe.
A ello se suma la acumulación de basura en Colombo después de que un vertedero se derrumbase el pasado abril, sepultando bajo toneladas de basura las viviendas adyacentes y acabando con la vida de una treintena de personas.