Miles de niños y jóvenes del departamento del Cauca, participan en el proyecto “Escuela y Café”, cuyo objetivo es evitar que las nuevas generaciones abandonen el cultivo cafetero y favorecer el mantenimiento de las técnicas tradicionales.
“Esta iniciativa se concibió en 2009 al ver que los estudiantes estaban desertando del colegio y se iban del campo dejando solos a los caficultores”, explicó a Efe el coordinador del proyecto por parte de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC) en la región, Juan Carlos Alegría.
La iniciativa cuenta con el apoyo de la propia FNC, así como de empresas locales centradas en este grano que sólo en esta zona de Colombia da trabajo a más de 90.000 familias.
Uno de los padres de los jóvenes que forman parte del proyecto resaltó la importancia de que los niños se preparen pero sin abandonar nunca el campo ya que allí “es donde se crea la riqueza”.
La iniciativa permite que los jóvenes de colegios como el Efraín Orozco, en la pequeña vereda (aldea) cafetera de La Venta, trabajen unas horas cada semana cultivando café en su centro educativo.
Con el dinero que gana la escuela vendiendo el café cultivado por los alumnos con la ayuda de sus maestros se pagan pequeñas reparaciones y mejoras.
Además, se ayuda a los jóvenes a costear sus estudios posteriores a la escuela obligatoria.
“Este es un proyecto pedagógico productivo en el que los niños aplican en el cultivo lo que aprenden en todas las asignaturas”, precisó Alegría.
Según los responsables del programa, en las zonas rurales de Colombia poco más del 3 % de los jóvenes van a la universidad, sin embargo, el abandono escolar y de los cafetales está a la orden del día.
“Queremos ofrecerles un proyecto productivo para que los jóvenes se queden en el campo con un proyecto de vida a través de la caficultura”, resaltó otro representante de la FNC en la zona, quien vaticinó que este proyecto fusionará la experiencia de los padres con las nuevas técnicas que aprenden los jóvenes en la escuela.
Colombia es el tercer productor de café del mundo, únicamente superado por Brasil y Vietnam, y el sector espera que el fin del conflicto armado con la guerrilla de las FARC permita aumentar la producción de este grano, que además de ser una importante fuente de ingresos supone un símbolo de este país andino.