Al menos 60 familias integradas por unas 240 personas abandonaron tres caseríos en el noreste de Colombia por temor a los combates entre el Ejército y un “grupo armado no estatal sin identificar”, denunció la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA).
Estas personas debieron salir de los caseríos Buena Suerte, La Laguna y Bélgica, en el municipio de Hacarí, departamento de Norte de Santander, en la frontera con Venezuela, “para proteger sus vidas”, detalló el organismo en un comunicado.
No obstante, indicó que “la mayoría de familias ha retornado, salvo nueve” que estarían en otros caseríos de Hacarí.
“Los combates se registraron en medio de las viviendas y la sede educativa de la comunidad, generándose violación a los Derechos Humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario”, advirtió la ONU.
El informe, que cita datos de “la Personería municipal y fuentes locales”, reveló que en los combates “por lo menos siete viviendas han resultado afectadas con impactos de bala y artefactos explosivos”.
La Personería municipal “también recibió denuncias de ocupación de viviendas”.
A raíz de esta situación, agregó el comunicado, “las actividades escolares han sido suspendidas para resguardar la vida de niños y niñas”, y admitió que se desconoce el número de menores afectados.
La ONU señaló que el miércoles pasado la Personería municipal y la Defensoría del Pueblo Regional Ocaña conformaron una misión de verificación que permitió evidenciar “la persistencia de la confrontación armada”.
Según la información, el próximo martes se celebrará un Comité de Justicia Transicional “para evaluar las afectaciones a la población”.
Por su parte, el Consejo Noruego para Refugiados (NRC) trabajará en consolidar un censo de la población desplazada y el próximo miércoles realizará una “evaluación para identificar necesidades de respuesta humanitaria”, dando prioridad a la atención de los menores de edad.
Hacarí es parte de la región del Catatumbo, donde operan la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y un reducto del Ejército Popular de Liberación (EPL), conocidos como “los pelusos”, así como bandas criminales dedicadas al narcotráfico.