Médicos Sin Fronteras (MSF) subrayó que una cifra inaceptable de personas siguen desarrollando y muriendo de enfermedades vinculadas con el sida en el África subsahariana, y alertó de que esos pacientes quedan “excluidos” de la respuesta global contra el VIH pese al aumento de los antirretrovirales.
La ONG advierte de que a sus hospitales y a los que apoya en la República Democrática del Congo, Guinea, Kenia y Malaui llegan pacientes con una inmunosupresión tan grave que la mortalidad entre quienes han desarrollado el sida oscila entre el 30 y el 40 %.
Su informe “Esperar no es opción: prevenir y sobrevivir al VIH avanzado”, presentado en París durante la IX conferencia de investigación sobre el VIH, apunta que el fracaso o la interrupción del tratamiento y un diagnóstico tardío son las principales causas de desarrollo de la enfermedad y muerte.
A diferencia de los años 2000, en los que el tratamiento disponible era escaso, la mayoría de los hospitalizados ahora ya están diagnosticados y llevan años en tratamiento, pero muestran señales de fracaso terapéutico.
Esto sugiere, según la ONG, que pueden haber heredado una variante resistente del virus o que no se han identificado correctamente los fallos en su tratamiento.
MSF difunde igualmente que cerca del 25 % de los pacientes interrumpirán la terapia en algún momento y que ese paréntesis puede durar días o meses, por lo que se debe incrementar el apoyo sanitario para evitar llegar a esa situación y que su estado se deteriore, informa Efe.
“La gente sigue siendo diagnosticada tarde. Necesitamos nuevas maneras de diagnosticar a quienes han sido dejados de lado. Y estas pruebas deben realizarse desde el principio, antes de que lleguen al hospital en condiciones a menudo fatales”, añade Gilles van Cutsem, asesor VIH de la organización.
MSF solicita la adopción de medidas adicionales para abordar una posible resistencia a los medicamentos, la gratuidad de la atención hospitalaria especializada y modelos de atención orientados a la prevención, el tratamiento y el apoyo a los pacientes.
La ONG alerta además del impacto que tendrán los recortes de fondos previstos a partir de 2018, especialmente por parte de Estados Unidos.
“No solo corremos el riesgo de retroceder en la lucha contra el virus, sino que estos pacientes que llegan a los hospitales enfermos con sida verán cómo les es arrebatada cualquier posibilidad de mejoría”, concluye Mit Philips, asesora de políticas de salud de MSF.