El hambre aumentó un 6 % en América Latina y el Caribe en 2016, mientras la obesidad y el sobrepeso siguen al alza en la región y ya provocan más muertes que el narcotráfico y el crimen organizado, advirtió la FAO.
Después de nueve años de progresivas mejoras en el tema, el número de personas que padecen hambre se incrementó 2,5 millones en 2016 respecto del año anterior y alcanzó los 42,5 millones, el 6,4 % de la población latinoamericana, precisó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Las cifras forman parte del informe “Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe 2017”, elaborado junto a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y presentado este martes en Santiago de Chile.
“Vamos por mal camino. La región ha dado un paso atrás importante en una lucha que venía ganando. No podemos tolerar los niveles actuales de hambre y la obesidad, ya que paralizará a toda una generación de latinoamericanos y caribeños”, señaló el representante regional de la FAO, Julio Berdegué, al presentar el informe.
Si bien los niveles de hambre siguen siendo bajos en América Latina y el Caribe en comparación con otras regiones del mundo, hay señales de que la situación se está deteriorando, especialmente en Suramérica, donde el hambre creció desde 5 % en 2015 a 5,6 % en 2016.
En Mesoamérica la desnutrición afectó al 6,5 % de la población en 2016 y en el Caribe al 17,7 %, la subregión con el porcentaje más elevado pese a que el año pasado el hambre no aumentó.
Por países, los datos confirman la heterogeneidad que existe en la región, con un primer grupo formado por Brasil, Cuba y Uruguay donde el hambre es inferior a 2,5 %, señaló la FAO.