Los líderes de los principales bancos centrales del mundo que arriesgaron billones de dólares y sus reputaciones para rescatar a la economía global están a punto a finalizar sus mandatos, en momentos en que los efectos persistentes de las crisis, la evolución tecnológica y un panorama político complicado desafían a sus sucesores.
La Reserva Federal, el Banco de Japón y el Banco Popular de China podrían tener nuevos jefes a comienzos de 2018 y al año siguiente habrá un nuevo encargado del Banco Central Europeo.
Los nuevos líderes tendrán que lidiar con los efectos de la crisis global de 2007 al 2009, así como con nuevos riesgos emergentes.
Alrededor de 10 billones de dólares en activos comprados por la Fed, el BCE y el Banco de Japón para apuntalar a sus economías siguen en los libros y tendrán que ser reducidos.
La inflación global persistentemente baja y el débil crecimiento complican el regreso la política monetaria más convencional. Hay reformas inconclusas en China y Europa, mientras que el avance del nacionalismo podría erosionar la independencia del banco central.
Más adelante, la propagación de criptomonedas y otras tecnologías amenaza con debilitar el control del sistema financiero por parte de los bancos centrales.
“La mala noticia es que en una crisis, la gente aprende haciendo”, comentó Vincent Reinhart, economista jefe de la empresa de inversiones Standish Mellon y funcionario de la Reserva Federal por largo tiempo. “¿El próximo grupo de personas tendrá el conjunto de experiencias que les permita hacer eso?”, cuestionó.
El cambio de guardia podría resultar en giros imprevistos. El presidente de China está considerando a un funcionario provincial para suceder a Zhou Xiaochuan, un veterano que ha liderado el banco central chino desde 2002 y que los analistas consideran un campeón de las reformas que podrían trastabillar sin su liderazgo.
No obstante, es posible cierta continuidad. La presidenta de la Fed, Janet Yellen, y particularmente el jefe del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, podrían ser confirmados cuando terminen sus mandatos la próxima primavera boreal, y uno de los principales candidatos para el Banco Popular de China tiene el mismo sesgo reformista de Zhou, que se espera que se retire en el primer semestre de 2018.