Al menos 74 personas han muerto debido a la epidemia de peste bubónica y neumónica que asola Madagascar, según la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR), cuyo secretario, Elhadj As Sy, se trasladó al país africano para coordinar la respuesta sanitaria.
Más de 800 personas han resultado afectadas por estas enfermedades, que habitualmente afectan a unas 400 personas en todo el país en brotes regulares cada año.
Esta estadística refleja una mayor incidencia en el brote de este año que, al contrario que otros años, no se compone principalmente de peste bubónica, una modalidad de la enfermedad en la que la bacteria afecta al sistema linfático.
En algunos casos, del sistema linfático se pasa al pulmonar, permitiendo así la transmisión humano a humano -algo que no ocurre con la bubónica- a través de las excreciones bucales, como la tos y la saliva.
La versión pulmonar, provocada por la bacteria Yersinia pestis, es más peligrosa y más difícil de tratar que la linfática y puede ser mortal en 24 horas si no es tratada a tiempo con antibióticos.