La ayuda al desarrollo debería centrarse más en financiar intervenciones básicas para combatir la desnutrición en los países pobres, según un estudio realizado por un grupo de expertos internacionales.
La codirectora del último Informe de la nutrición global, Corinna Hawkes, dijo hoy a Efe que se requiere más financiación para asegurar el buen funcionamiento de intervenciones sencillas como la promoción de la lactancia materna y los suplementos nutricionales.
Los tratamientos contra la diarrea en niños o los suplementos de vitamina A y de hierro durante el embarazo son “acciones muy básicas que tenemos en la mayoría de países desarrollados y que deben llevarse a los demás sistemas sanitarios”, dijo Hawkes.
“No van a solucionar el problema de la desnutrición, pero son necesarias, sirven de ayuda y no se financian lo suficiente”, agregó la también directora del Centro de política alimentaria de la Universidad de la City de Londres.
A su juicio, también se necesitan fondos para capacitar a quienes trabajan sobre el terreno, extender los programas de protección social a los más pobres e impulsar cambios “más profundos” en políticas como las que, por ejemplo, buscan elevar los impuestos de las bebidas azucaradas para reducir la obesidad.
El estudio indica que el 88 % de los 140 países analizados sufre de manera significativa dos o tres de estos problemas: desnutrición crónica infantil, anemia en mujeres en edad reproductiva y obesidad en mujeres adultas.
Destaca que los gobiernos invierten más en sectores que influyen en las causas de la desnutrición que en intervenciones nutricionales específicas, por lo que reclama un enfoque integrado y más innovador para financiar los diferentes sectores.
Los países donantes y otros socios multilaterales incrementaron su gasto para luchar contra la desnutrición un 2 % entre 2014 y 2015, hasta los 867 millones de dólares, si bien la proporción de la ayuda oficial al desarrollo dedicada a esa partida cayó del 0,57 al 0,5 % en el mismo periodo.
La mitad de esa ayuda oficial para nutrición fue dirigida a solo 14 países en desarrollo, principalmente a Etiopía, Guatemala, Malaui, Mozambique, Nepal y el Yemen.
Mientras, el gasto en la prevención y el tratamiento de la obesidad y enfermedades no transmisibles relacionadas con la dieta representaron apenas el 0,01 % de la ayuda oficial global en 2015, según el informe.
El presupuesto doméstico para abordar la desnutrición varía de país a país, a veces concentrando hasta el 10 % de su gasto público, si bien Hawkes subrayó que se sabe muy poco en general sobre la forma en la que se está gastando, informa Efe.
Se estima que se necesitarán 70.000 millones de dólares en la próxima década con vistas a lograr metas globales fijadas para 2025 como las relacionadas con la reducción del retraso en el crecimiento o de la anemia.