China respondió este viernes al proteccionismo de Trump con el anuncio de posibles aranceles por valor de 3.000 millones de dólares a la importación de productos de EEUU, una medida que aviva el miedo a una guerra comercial que Pekín quiere evitar.
“China no quiere una guerra comercial, pero no le tenemos miedo en absoluto. Tenemos la confianza y la capacidad de afrontar cualquier reto”, subrayó con contundencia la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino Hua Chunying en rueda de prensa en Pekín.
Su comparecencia se produjo unas horas después de que el Ministerio de Comercio chino anunciara la posible imposición de tarifas a 128 productos de EEUU, incluyendo aranceles del 25 % a productos de aluminio reciclado y carne de cerdo, y del 15 % para vinos, frutos secos, fruta o tubos de acero.
“Han infravalorado la capacidad de China para salvaguardar sus legítimos derechos e intereses y este es el coste que Estados Unidos tiene que pagar por sus acciones imprudentes”, sentenció Hua ante la prensa, reporta Efe.
Estas cargas, que se aplicarán en dos etapas, son la respuesta de Pekín a los aranceles por valor de 60.000 millones de dólares a la importación de productos chinos que anunció ayer Donald Trump, con el objetivo de recortar el fuerte déficit comercial que tiene su país con China y castigar el presunto robo de patentes.