Los niños tienden a disfrutar de una mejor salud mental y a ser más felices si los padres se involucran en su educación, dijo la doctora Claudia Sotelo Arias.
“Cuando los padres intervienen en la educación de sus hijos, éstos tienen un mejor rendimiento escolar, mayor capacidad de integración y saben límites, lo que se replica a otras esferas de la sociedad”, señaló la directora del Centro de Especialización de Estudios de la Infancia.
Con motivo de celebrarse el domingo el Día del Padre en decenas de países en el mundo, la experta aseguró que en los últimos 20 años el papel de los padres ha cambiado “al pasar de ser una figura pasiva a estar presentes de manera importante”.
Agregó que, sobre todo en las zonas urbanas, se ha producido un cambio importante que obedece a roles económicos porque ahora el padre no es el principal proveedor de la familia.
“Las madres trabajan, lo que significa que la educación y cuidado de los hijos está a cargo de quien esté más cerca del colegio o tenga mejor horario”, indicó.
Esta situación impacta de manera positiva porque los niños asumen reglas y límites más establecidos, y al tener la figura paterna presente, también logran mejores resultados escolares.
“En consecuencia son niños más felices, porque estar con su padre les fortalece la autoestima, les da mejores herramientas para afrontar el futuro”, aseguró Sotelo Arias.
Los niños que conviven con sus papás tienen mucho más claro cuál es su rol en la vida, poseen identidad y, en general, “se muestran más seguros y participativos” en su actividades tanto de juegos, tareas del hogar como escolares, reporta Efe.
Del mismo modo la especialista agregó que en la década de los setenta, la mayoría de los papás se volvieron empleados con horarios laborales muy largos que mitigó el proceso de formación entre padre e hijo.