Científicos descartan posibles ventajas de retrasar el pujo en el parto

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Un grupo de científicos de EE.UU. ha descartado las posibles ventajas de retrasar el pujo en el parto en mujeres que dan a luz por primera vez, según un estudio publicado hoy en la revista especializada JAMA.

“Los hallazgos proporcionan pruebas sólidas de que, para la gran mayoría de las madres primerizas que reciben anestesia epidural, retrasar el empuje no ofrece ningún beneficio sobre el empuje inmediato en la segunda etapa del parto”, señaló el médico del Instituto Nacional de Salud Infantil, Menachem Miodovnik.

Retrasar el pujo durante la segunda fase del parto, cuando el cuello uterino está completamente dilatado a diez centímetros, es una práctica común en muchos hospitales de EE.UU., pero “puede no tener ningún efecto” en las mujeres que dan a luz espontáneamente, es decir, sin cesárea u otra intervención, apuntó el experto.

En su investigación, el equipo de Miodovnik estudió los casos de más de 2.400 madres primerizas que se encontraban en la semana 37 de embarazo o más.

Cuando el cuello uterino se había dilatado por completo se pidió a un primer grupo de mujeres que comenzara a empujar de inmediato y a otro grupo que demorara la presión durante 60 minutos, a menos que su médico les indicara lo contrario o que tuvieran una necesidad irresistible de empujar.

Los investigadores encontraron que la tasa de parto espontáneo no difirió significativamente entre esos dos grupos, ya que ocurrió en el 85,9 % de las mujeres del primer grupo, mientras que pasó en el 86,5 % del segundo grupo.

Quienes empujaron de inmediato tuvieron una duración promedio más corta del parto, situada en 32 minutos, aunque sí que presionaron durante nueve minutos más que el segundo grupo estudiado.

Otra de las conclusiones del informe es que las mujeres que empujaron de inmediato tuvieron una tasa más baja de corioamnionitis -una infección de la placenta y las membranas que rodean al feto-, en comparación con el grupo que lo retrasaron, informa Efe.

Asimismo, encontraron que el primer grupo tuvo menos hemorragias posparto (2,3 %) en comparación con las madres que atrasaron el pujo en el parto (4 %).