El departamento de Risaralda, que forma parte del Eje Cafetero, reconocida como patrimonio de la humanidad por la Unesco, busca convertirse en destino del turismo de bienestar, informaron fuentes del sector.
Según un comunicado del Pereira Convention Bureau, Risaralda tiene “características geográficas particulares” que convierten al departamento en el “destino ideal para el turismo de bienestar”.
La información destaca que en esa parte de Colombia hay exuberantes paisajes, parques y santuarios naturales y “más del 33 % de la geografía está destinada a la preservación natural”.
A lo anterior se agrega que Risaralda es rico en fuentes hídricas, entre las que se encuentran las peculiares aguas termales y una invaluable biodiversidad que lo convierte en la casa del 42 % de las aves del país.
Risaralda se caracteriza por tener un clima primaveral durante casi todo el año, mucho territorio verde y uno de los aires más limpios del mundo, según la medición realizada por el Air Quality Index en 2016.
La particularidad del departamento hace que se puedan vivir experiencias de relajación y renovación, que contribuyen al cuidado del cuerpo y de la mente, el equilibrio de las emociones y los aspectos espirituales, en spas ecológicos y hoteles rurales con servicios especializados.
Risaralda ofrece rituales ancestrales de la cultura Quimbaya, recorridos de café con consciencia para la activación de los sentidos, visita a monasterios energéticos, baños de bosque para regular los niveles de presión arterial.
También avistamiento de aves, yoga en aguas termales y santuarios naturales y senderismo en bosques nativos.
De otro lado, Pereira, la capital departamental y que está situada estratégicamente cerca de Bogotá, Medellín y Cali, fue escogida como sede del Congreso Internacional de profesionales del Spa y el Bienestar, que se desarrollará del 7 al 9 de este mes, informa Efe.
Allí expertos internacionales debatirán sobre la importancia de apropiarse de este segmento del turismo ya que contribuye a la preservación de las riquezas naturales del territorio y las tradiciones culturales ancestrales, genera empleo, activa la economía regional y es transversal a todos los tipos de turismo.
