La secretaria general de Amnistía Internacional aseguró que en Colombia las fuerzas de seguridad pueden hacer cualquier cosa sin recibir la sanción respectiva.
La secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, definió a Colombia como un país marcado por la “impunidad endémica” en el que las fuerzas de seguridad pueden hacer “cualquier cosa” sin enfrentar una rendición de cuentas posterior.
“Más de un año y medio después del paro nacional sigue sin haberse dictado una sola sentencia por las violaciones de derechos humanos cometidas en ese periodo”, relató a EFE Callamard en una entrevista con motivo de su visita a Bogotá para la presentación del informe “La policía no me cuida”.
Durante el paro nacional a causa de la política económica y social del Gobierno del expresidente Iván Duque, Amnistía Internacional registró 28 casos de violencias basadas en género y violencia sexual contra mujeres, niñas y personas del colectivo LGBTI, entre el 28 de abril y el 30 de junio de 2021.
“Hay una total impunidad sobre los crímenes cometidos por el Estado contra los manifestantes que protestaron pacíficamente”, lamentó Callamard tras explicar que en su visita preveía reunirse con las autoridades colombianas para dialogar acerca de su intencionalidad de “reconducir la situación, contrarrestar el régimen de impunidad y de ofrecer un remedio y reparación a las víctimas”.
BUSCAR UNA PAZ TOTAL INTEGRAL
La seguridad de los defensores de derechos humanos y líderes sociales dentro de las fronteras fue otra de las situaciones sobre las cuales la secretaria general hizo un llamado urgente a la acción, tras referirse al país como uno de los lugares “menos seguros” desde los que velar por el medioambiente o el acceso a la tierra.
“En 2018 contabilizamos un defensor asesinado cada cuarenta y ocho horas”, sentenció. Hoy, las cifras entregadas por la Defensoría del Pueblo entre el 1 de enero y el 31 de agosto de 2022 elevan a 136 los homicidios de líderes y activistas de derechos humanos, por lo que la situación sigue igual.
A propósito del proyecto de paz total como una de las grandes apuestas del presidente Gustavo Petro, desde su toma de posesión el pasado 7 de agosto, Callamard insistió en la importancia de que las voces de las víctimas, la rendición de cuentas para con ellas y las garantías de protección de los derechos humanos estén en el corazón de las conversaciones.
La secretaria general también apuntó a la necesidad de incluir a los pueblos indígenas, afro y campesinos que reclaman la tierra y los recursos en estos diálogos de paz.
“No se trata solo de una negociación entre el Gobierno y un grupo armado, sino que debe ser una negociación que incluya a todos aquellos que están trabajando, viviendo y tratando de sobrevivir fuera del territorio”, agregó.
COLOMBIA, EJEMPLO PARA EL MUNDO
Para Agnès Callamard la imagen que suele proyectarse del país se constituye como “el ejemplo de muchas cosas malas”. Sin embargo, hay algo que aplaude frente al resto del mundo: el tratamiento e integración de los migrantes y refugiados venezolanos.
“Debe celebrarse el hecho de que el Gobierno anterior y este decidieran recibir e integrar a nivel local a los venezolanos, en lugar de devolverlos o de desarrollar toda clase de políticas para evitar su ingreso a Colombia”, reivindicó la secretaria general de Amnistía Internacional.