Casi uno de cada cuatro bancos de sangre en algunas zonas de África Subsahariana contiene el parásito que causa la malaria, según un estudio divulgado hoy en Dakar en una conferencia internacional sobre la enfermedad.
La investigación, liderada por el doctor Selali Fiamanya, de la Red de Resistencia Antimalaria en el Mundo (WWARN, en sus siglas en inglés), se basa en los resultados de 24 estudios para evaluar la prevalencia de la enfermedad entre algo más de 22.500 donantes.
La prevalencia de la malaria alcanzó el 23,46 por ciento, con variaciones que oscilaban entre el 6,5 por ciento y el 74,1 por ciento, según el estudio, que incluye más de diez investigaciones de Nigeria, país más poblado de África.
“La malaria es una de las principales infecciones que puede ser transmitida mediante una transfusión de sangre en África Subsahariana”, afirmó Fiamanya en un comunicado publicado en Dakar en el foro de la VII Iniciativa Multilateral sobre la Malaria (MIM), que reúne esta semana a unos 2.000 científicos de más de 70 países.
“Nuestra investigación sólo es la primera línea de investigación necesaria para abordar este riesgo. Mujeres embarazadas y niños reciben la mayoría de las transfusiones en esta región”, aseveró el experto.
Fiamanya agregó que los “desafíos técnicos de diagnosticar y retirar” el parásito de los bancos sanguíneos “requiere más análisis”, aunque “ya sabemos que estos hallazgos amenazan a la próxima generación, nuestro futuro”.
Un segundo estudio presentado también en MIM, encabezado por la doctora Claudia Daubenberger, del Instituto de Suizo de Salud Pública, examinó 200 muestras de sangre en la capital de Guinea Ecuatorial, Malabo.
El equipo de Daubenberger descubrió que el 29,5 por ciento de las muestras estaban contaminadas con el parásito de la malaria.
“Todos las muestras que se pensaba que estaban libres del parásito de la malaria presentaban muy bajas concentraciones de parásitos”, señaló el comunicado.
“Con mejores prácticas y técnicas de revisión, los bancos de sangre en África subsahariana pueden servir como sistemas de vigilancia, ayudando a monitorear la malaria y otras enfermedades infecciosas que se transmiten por transfusión”, subrayó Daubenberger, informa Efe.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), unos 216 millones de casos de malaria se registraron en 2016 en el mundo, de los que un 90 por ciento se contabilizó en África Subsahariana.