El Banco de la República mantuvo sin cambios su tasa de interés en un 4,25 por ciento, una decisión en línea con lo esperado por el mercado, debido a que existen riesgos que podrían presionar la inflación al alza.
La estabilidad en el tipo referencial -que contó con el voto unánime del directorio de siete miembros del organismo- se produjo después de que el banco emisor lo bajó en un cuarto de punto porcentual en su más reciente reunión, en abril.
En un sondeo de Reuters la semana pasada, los 18 analistas consultados anticiparon la estabilidad en el costo del dinero, una decisión que en opinión de la mayoría de ellos se extendería durante el resto del año.
La junta del banco ponderó “algunos riesgos que podrían presionar la inflación al alza. Uno de ellos es un repunte en el precio de los alimentos que afecte las expectativas y demore la convergencia de la inflación al 3 por ciento”.
“Así mismo, una depreciación del peso más fuerte que la esperada que se traspase a los precios internos. Nuevamente, la incertidumbre sobre estos factores es elevada”, dijo el gerente del emisor, Juan José Echavarría, al leer un comunicado.
El saliente codirector del Banco Central Adolfo Meisel afirmó en una entrevista con Reuters que el impacto del repunte de los precios del petróleo sobre la inflación, que ha derivado en un alza de la gasolina a nivel local, será uno de los principales factores para la inflación y para futuros movimientos de la tasa de interés.
En tanto, el banco mantuvo sin cambios su proyección de crecimiento económico para este año de 2,7 por ciento, informa Reuters.
“Por una parte, se proyecta que los excesos de capacidad productiva se ampliarían en 2018. Por otra, si el precio del petróleo se mantiene en los actuales niveles por un período prolongado o persiste la tendencia creciente de la confianza, la dinámica de la demanda agregada podría ser mayor que la prevista”, concluyó.