Por: Freddy Serrano Díaz
Estratega Político.
Atacar a Nayib Bukele es como desconocer que la Coca Cola es adictiva y le gusta a las mayorías, me queda claro después de revisar desde varias cuentas y países las reacciones a los ataques que recibe el presidente de El Salvador.
El joven milenial de la política o mejor su equipo de asesores, han descubierto a partir de la investigación lo que quiere la gente y han abastecido esa necesidad simple, lanzar argumentos no sirve de nada, “dato mata relato”.
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En lo personal no me gusta el joven de barba, pero soy minoría, por eso mejor guardo silencio y evito caer en la estupidez de atacar con prosopopéyica barata y argumentación retrógrada a quien goza de popularidad dentro y fuera de su país.
Lo digo sin miedo a ir preso, “No me gusta, pero lo admiro”, así como otras veces me ha ocurrido, debo reconocer, es este un oficio donde tener la razón sirve de poco y en el que lo que importa es lo que quiere la gente y no lo que quiere el político.
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Definitivamente lo que diga o haga debe ser mejor que mi silencio, si nadie me está preguntando y suficientes problemas tengo, mejor me quedo callado, consejo para otro de mis admirados que no me gusta: “GUSTAVO PETRO”.
“Los proyectos políticos son máquinas de sueños, el lío se presenta cuando el operador del aparato piensa más en el sueño propio de figurar, que en la ilusión de los demás”.