Columna de opinión: reinar sin dividir

freddy serrano diaz 2023 cablenoticias

Con tácticas de dominio antiguas, la política pone a prueba la condición humana en un escenario cambiante que se acompaña de acciones para alzarse con el poder o perderlo del todo.

La frase “Divide y reinarás” (en latín: “Divide et impera”), describe una estrategia política o militar que consiste en fragmentar un grupo oponente, lo que facilita su control o derrota. Ahora bien: ¿representa esta práctica la clave del éxito o el fracaso en la política de hoy?

Es sencillo, si no hay alianzas, no hay unidad y sin cohesión, aun el chico no tan fuerte se alza con mayorías débiles, pero mayorías. Mientras tanto, los más débiles de pensamiento, se dedican a tener culpables, buscan una sensación de alivio y satisfacción temporal, atribuyendo la causa de un problema a alguien, omitiendo ser parte de la solución, eso que espera el ciudadano.

Parece que lo aquí dicho se refiere tácitamente a un caso específico, y si, es un lugar común en la mayoría de democracias, nuestros dirigentes siguen enfocados en culpar, desvían la atención, satisfacen el ego para omitir faltas propias, eluden acciones necesarias y evitan el enfoque constructivo que debe ocuparse de buscar desenlaces satisfactorios, olvidaron su causa: “hacer lo que hay que hacer”.

Esa obsesión por mantener vigente la agenda política propia, les ha llevado a involucrarse en una guerra sin armas que descalifica a opositores, defiende la reputación propia, acude a la necesidad permanente de responder a críticas y estanca la toma de decisión. Pasa en todas partes.

¿Por qué la gente ha perdido la confianza? Pues bien, se desmorona la relación entre los líderes y su gente cuando se auspicia la polarización; cuando el patrón de pensamiento y comportamiento se torna limitante. Muchos de nuestros líderes, incluso algunos recién llegados, deben ocuparse del presente y el futuro, omitir ese lenguaje altivo, infundado, conflictivo y poco coherente que les ha enfrascado en el irrespeto y la agresión permanente.

El ambiente tóxico de peleas con todo y con todos, impide a muchos asumir su responsabilidad, reduce el crecimiento y el aprendizaje, agota a la gente y desvía a un líder de los objetivos. Seguir fustigando antecesores, oponentes, aliados que ya no están, sucesores y personas que se alejaron, puede ser válido una vez, no todo el tiempo; repetirlo cada día hasta el cansancio, nos vuelve acomplejados de que no aprendimos a pasar páginas.

EN POLÍTICA: “El amigo verdadero no reprocha ni saca en cara, del enemigo sabrás qué esperar y el falso adulador simplemente te alquilará su conciencia”.

Por: Freddy Serrano Díaz
Estratega Político