La cuestión está en entender: “así haya suficientes candidatos, no quiere decir que hay muchos líderes”.
Muchos quieren ser, ¿saben cómo se hace?, ¿están medianamente cerca de lograrlo o simplemente lo intentan para terminar frustrados?, simple, participar en política no es para todos.
El deseo para quienes deciden construir una candidatura nos remite a las aspiraciones, necesidades y expectativas de seres humanos, esos que en busca de poder, prestigio o dinero, se dedican a la difícil tarea de construir, mantener y promover liderazgos.
No cabe duda, sin apetito por obtener lo que se anhela, sin persistir, insistir y resistir, no se puede mantener un motor importante para la acción política, una motivación que se transmite a los ciudadanos, al final del día, los únicos verdaderamente importantes a la hora de generar apoyos para cumplir propósitos.
La cuestión está en entender: “así haya suficientes candidatos, no quiere decir que hay muchos líderes”, luego la premisa: debemos tener más votantes que aspirantes, y ojo, “los electores no están obligados a estar conmigo porque creo ser mejor, más conveniente y más influyente”.
Algunos no pasamos de risibles al querer sentirnos elegibles, no de otra forma se explica que haya tanta proliferación de candidaturas, todas prometen que mejorarán nuestras condiciones de vida, auspiciarán la justicia y la equidad, garantizarán la seguridad y la protección, en fin, se hacen responsables de una visión aperturista a la participación, sin que haya quien marque la diferencia.
Distinto será el que trabaje más, el que esté más tiempo en calle, el que enamore, convenza y sepa escuchar… Para ganar necesitan perderse del afán del protagonismo, reírse de ellos mismos, evitar ser oportunistas pasajeros que de la nada se vuelven lo que no son, esos al final del día serán ungidos con los votos.
Los ciudadanos cada vez son más críticos y exigentes con sus líderes políticos, se aseguran que sus deseos sean satisfechos de manera legítima y justa.
Por: Freddy Serrano Díaz
Estratega Político
