Por FREDDY SERRANO DÍAZ
Estratega Político
¿Cuantos minutos demora un ciudadano esperando respuesta de una operadora telefónica?, ¿cuántas de las llamadas de servicio al cliente son colgadas o direccionadas a un robot de Whatsapp?, ¿cuantas veces nos han dicho que la llamada es muy importante pero demuestran lo contrario?, esas y tantas preguntas suponen revisar el pésimo ejercicio de atención al usuario que hoy ofrecen empresas públicas y privadas.
¿Si mi llamada es muy importante, por qué no contestan?, es claro, somos un frio número que adquirió un servicio dependiente de traumas más que de tramites, ¿y los responsables?: bien gracias.
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Cada día la lista de chequeo es más larga, hay más filas, más gente, los requisitos son cumplirles pero demoran más.
Enferma más un paciente al esperar repuesta del sistema de salud que por su patología, demora más un vuelo que la respuesta de una aerolínea ante una reclamación, falla el recaudo de tributos para los que cumplidos quieren evitar sanciones, cada banco tiene procesos sin regulación con oficinas incómodas, sórdidas y hostiles, en términos generales el caos se apoderó de nuestro diario vivir y nos llevó a olvidarnos de las trivialidades para pasar media vida durmiendo y otra media discurriendo con un sistema carente de servicio.
Que gratificante sería que se regulara el tema, que se garantizará la dignificación del usuario, que dejará de implementarse cuanta ocurrencia de seguridad salvaguarda el sistema de ampones pero aleja a la gente de la adquisición de bienes y servicios, cuan gratificante sería que las empresas públicas o privadas fueran más diligentes y evitaran las acciones incómodas propuestas por reyezuelos tras un escritorio o una diadema.
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Semanas enteras tramitando una renovación, meses esperando una liquidación, a veces años tratando de hacer efectiva una remisión, dan cuenta que no importamos a directivos cuya administración con votos y dinero, será óptima de la mano del ciudadano de a pie, el cliente.
Pagar impuestos, tramitar documentos, hacer reclamaciones, buscar respuestas, en eso no la pasamos, somos los electores cansados de oírles sin ser escuchados.