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El dólar en Colombia alcanzó el pasado lunes su precio de referencia más alto en la historia del país cuando se cotizó en COP 3.804. La divisa estadounidense subió en una sola jornada un 6,1%, traducido en COP 220 como consecuencia del denominado ‘lunes negro’ que azotó a los principales mercados del mundo.
El martes las luces no aparecieron y la divisa apenas bajó COP 24. Se cotizó en COP 3.780 en unos valores lejanos a los acostumbrados por los colombianos en los últimos años. La bolsa, por su parte, apenas tuvo una recuperación del 1,16%.
La revaluación del dólar llegó al país para quedarse hasta que los precios del petróleo se recuperen, como consecuencia de la dependencia que tiene la economía colombiana del denominado ‘oro negro’.
Felipe Campos, gerente de estrategias e investigaciones de la fiduciaria y comisionista Grupo Alianza, indicó que la caída de los precios del petróleo se da como consecuencia de la desaceleración de la economía mundial en los últimos años, sumado a la alerta generada por el coronavirus que desencadenó en la fallida reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), liderada por Arabia Saudita y Rusia, para recortar la producción del crudo.
Como consecuencia de la fallida negociación, a partir del próximo 1 de abril ningún país de la OPEP ni Rusia está obligado a reducir la producción para contener la caída de los precios del petróleo.
Campos mencionó que la posición de Arabia Saudita y Rusia se explica desde la lógica de no querer un recorte a su producción en un escenario de desaceleración de la economía impulsada, además, por el coronavirus.
“La lógica de ellos es que hay una desaceleración global, relacionada con el virus, y si se da una recesión dicen: para qué yo voy a ser el que recorta la producción si igual los precios van a caer”, afirmó Campos a la Agencia Anadolu.
El directivo detalló que el coronavirus surgió en un momento en el que podía afectar la economía mundial que, desde antes de la propagación de la enfermedad, se encontraba en un entorno “bastante complicado”.
“Teníamos una economía muy mala, con un dólar fuerte, una guerra comercial que no ha terminado, porque los chinos siguen pagando impuestos a Estados Unidos. Ahí, el virus llega y se convierte en ‘la cereza en el postre’”, mencionó Campos.
Para el economista, si el virus surge en otro momento, con una economía fuerte y reactivándose, no tendría el actual impacto sobre los mercados, en especial en los países dependientes del petróleo como Colombia.
Al referirse a los impactos que trae la devaluación del peso frente al dólar para Colombia, el analista señaló que el país podría tener en 2020 una inflación superior al 4% y un crecimiento económico que apenas llegaría al 2,5%.
“Así la economía se reactive en 2021, Colombia va a sufrir los efectos de la inflación de este año y tendrá problemas fiscales. Esto en un escenario donde el petróleo no se recupere”, aclaró el economista.
Luis Fernando Mejía, director del centro de investigación económica y social Fedesarrollo, coincidió con Campos en que uno de los riesgos de la caída del precio del petróleo para el país son los posibles problemas fiscales en 2021.
“El riesgo más importante de la caída en el precio del petróleo continúa siendo nuestro muy alto déficit en cuenta corriente, además de las implicaciones fiscales que se materializarán el próximo año”, sostuvo Mejía en sus redes sociales.
Mejía indicó que, si bien las reservas internacionales no están para defender la tasa de cambio, “el Banco de la República no debe descartar una intervención para evitar volatilidades excesivas”.
Los precios futuros del petróleo registraron el pasado lunes fuertes pérdidas, con el barril de referencia Brent en USD 34,4 y el tipo West Texas Intermediate (WTI), en USD 30,9, según la plataforma Investing.
El valor del crudo, el martes, para la referencia Brent se ubicó en USD 37,5 mientras que el precio del tipo WTI se cotizó en USD 30,2.
Bajo ese panorama, Colombia se sitúa como un país inevitablemente afectado y víctima de la mezcla explosiva que generó la fallida reunión de la OPEP, que buscaba los recortes en la producción del petróleo como consecuencia de la baja en su demanda desencadenada por el coronavirus, y la desaceleración económica en la que se encuentra el mundo. Anadolu