La prescripción de opioides en Estados Unidos descendió el 18 % entre los años 2010 y 2015, pero su uso y prescripción aun es alto, de acuerdo a un estudio de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de este país difundido hoy.
El informe revela que aunque en los últimos años la tasa de prescripciones ha descendido, todavía es tres veces superior a la de 1999, un dato que refuerza la alarma social que ha suscitado en las autoridades estadounidenses el incremento del uso de estas drogas.
“La cantidad de opioides recetados en Estados Unidos sigue siendo muy alta, con demasiadas recetas de opioides para demasiados días a dosis muy altas”, indicó Anne Schuchat, directora interina de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
De acuerdo al informe, que refleja variaciones en el número de prescripciones por condado, en 2015 las muertes por sobredosis de drogas sumaron más de 52.000, de las cuales el 63 % involucró el consumo de un opioide.
Las cantidades más altas de opioides recetados se localizan en condados con un mayor porcentaje de residentes blancos no hispanos, con una mayor prevalencia de enfermos de diabetes y artritis, y en ciudades pequeñas o localidades grandes que no llegan a ser metropolitanas, además de una tasa de desempleo alta.
El informe señala que esta disparidad sugiere incoherencias entre los proveedores de salud respecto a las prácticas de prescripción de estos medicamentos, mayormente recetados para aliviar dolores crónicos, y en cuanto a la atención que reciben los pacientes.
“Los proveedores de atención médica tienen un importante rol al ofrecer un manejo del dolor más seguro y eficaz, al tiempo que reducen los riesgos de la adicción a los opioides y las sobredosis”, agregó la funcionaria.
Los investigadores analizaron datos de prescripciones anuales desde 2006 hasta 2015 y encontraron que, pese a los avances logrados en cuanto al consumo y abuso de opioides recetados, es necesario hacer todavía más para mejorar las prácticas de prescripción.
El abuso de medicamentos opiáceos, como Oxycontin y Vicodin, se ha convertido en los últimos años en un serio problema de salud pública en Estados Unidos, país donde esta problemática causa más de 30.000 muertes al año, informa Efe.
De acuerdo a una investigación previa de los CDC, el uso de opioides sin fines médicos aumentó más del doble en la década pasada.