Entidades reguladoras del sector agropecuario y centros de investigación colombianos trabajan en la reglamentación sobre la edición genética, una técnica de biotecnología para hacer más competitivo al país en producción agrícola, dijo un experto del gremio.
La edición genética (EG) permite modificar directamente los genes de organismos como las plantas “sin que tengan genes foráneos”, explicó el investigador del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), Paul Chavarriaga, en el lanzamiento en Bogotá del documental “Food Evolution”, del director estadounidense Scott Hamilton.
Con esta nueva tecnología, desde hace tres años se están desarrollando investigaciones y productos en el país, que no han salido al mercado porque no hay reglamentación al respecto.
Por este motivo, el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) trabaja junto a varios expertos para determinar cómo se puede regular dicha tecnología.
“Necesitamos establecer reglas claras de juego para que aquello que se produzca no se regule como transgénico, sino como convencional y acelerar la producción de cosas interesantes para la agricultura”, destacó Chavarriaga.
El debate sobre la reglamentación, añadió el investigador, radica en que los productos de EG no pueden ser considerados Organismos Genéticamente Modificados (OGM) porque en algunos casos no tienen genes foráneos ni rastros de manipulación.
“Puedes tener una plata de arroz, que tiene una mutación que también la pudiste haber hecho por la vía convencional y son las mismas”, dijo Chavarriaga.
Esta dificultad para distinguir los productos convencionales ha llevado a buscar una regulación que no sea tan rígida como la de OGM y que solucione si se puede reglamentar de forma distinta dos alimentos que no presentan diferencia aparente.