El órgano blando es la parte del cuerpo -variable según la persona- que es más susceptible a un estado emocional adverso generado por el estrés y que, finalmente, sucumbe hasta enfermarse.
Según el psicólogo Raimundo Calderón, la piel, el estómago, la garganta o la columna vertebral son algunas de las partes más vulnerables “por la segregación de cierto tipo de sustancias que genera el estrés” asociado a una emoción concreta que vive la persona y que no sabe manejar.
El director nacional de psicología de la Universidad del Valle de México (UVM) explicó que hay cuestiones de carácter emocional que químicamente producen neurotransmisores- también llamados hormonas en otro contexto- en el sistema nervioso central.
Dopaminas o endorfinas son algunas de estas hormonas, grupos de productos químicos que se originan a partir de determinadas emociones.
“En el caso del estrés, se segrega una sustancia que se llama cortisol y esta sustancia mantiene al cuerpo en un estado de permanente alerta”, apuntó.
Cuando ese estrés contenido desaparece porque la situación que se estaba viviendo y que lo generaba se ha solucionado, la persona se enferma, siendo su órgano blando el blanco de la enfermedad.
Muchas enfermedades acabadas en “itis” suelen estar estrechamente relacionadas con lo psicológico, como la dermatitis o la colitis, reporta Efe.
El estómago es el órgano más común puesto que es “uno de los órganos más grandes de nuestro cuerpo, con una cantidad muy importante de terminales nerviosas que lo hacen mucho más sensible tanto al dolor como al placer”, expuso Calderón.