En medio de la crisis y la incredulidad social en Brasil, empresas emergentes premiadas por el gigante tecnológico Google lanzan estrategias de participación ciudadana con diversas herramientas, como una aplicación para sugerir proyectos de ley o un método para donar a oenegés los vueltos de las tiendas.
Ambas iniciativas vencieron la segunda edición del “Desafío de Impacto Social”, realizado en 2016 por Google Brasil para apoyar organizaciones sin fines lucrativos que utilizan tecnología con el fin de generar impacto social, donde cada proyecto recibió 1,5 millones de reales (unos 476.795 dólares).
Una de ellas, Arredondar, es una empresa emergente de donaciones filantrópicas que permite a los consumidores redondear los pagos en tiendas físicas y donar el cambio para las ONG.
El proyecto, surgido como un movimiento social, tiene convenio con más de 530 tiendas y, desde que venció el Desafío de Impacto Social, ya recaudó más de 300.000 reales (unos 95.359 dólares) para las entidades filantrópicas.
“Arrendondar selecciona y registra oenegés de diversas causas, entre ellas salud, educación, ciudadanía y diversidad, con la diferencia de transparencia en la prestación de cuentas ‘online’ (en línea) al consumidor que contribuyó”, señaló a Efe la directora de operaciones de la empresa emergente, María Berer.
El proyecto surgió de un grupo de personas que buscaban formas diferentes para recaudar dinero para fines filantrópicos hace seis años y sin ser todavía autosuficiente fue impulsado por el premio de Google.
Las donaciones son publicadas en tiempo real en la página web del proyecto, que en total ya cuenta con siete millones de donadores y ha recaudado en total 1,1 millones de reales (unos 349.650 dólares) en pequeños aportes para cuarenta oenegés, con aproximadamente 70.000 personas impactadas.
La perspectiva hasta el fin del año es expandir el portafolio de organizaciones beneficiadas para ser incluida en nuevos medios de pago, además de estar presente más redes de mercado que ofrecen visibilidad a este tipo de acción.
El modelo de la empresa paulista es diseñado para el comercio minorista, donde los clientes deciden libremente si quieren o no donar y, por eso, el enfoque es entrenar a quienes atienden para que ellos sean los que impulsen de este tipo de donación.
“Las empresas contribuyen para transformar cómo las personas ven el acto de donar en Brasil, porque las oenegés no están en el día a día de todos y esa parte del trabajo de ellas es mostrar un Brasil invisible siendo abordado ahora en una relación de compra y donación”, complementó.
Con la misma perspectiva de impacto social por medio de la tecnología, la empresa emergente carioca ITS Rio lanzó en marzo el ‘Mudamos’, una aplicación móvil para la firma de proyectos de ley de iniciativa popular, que tuvo más de 500.000 descargas en menos de dos meses sin ninguna propaganda.
“Vivimos una crisis profunda de confianza y uno de los caminos para solucionar es usando la tecnología para propagar la democracia”, indicó a Efe el director de la ITS Rio, Ronaldo Lemos.
El emprendedor argumentó: “fuimos el número uno de las tiendas ‘online’ de aplicaciones y nos sorprendimos, porque esto demuestra el interés por participación cívica. El resultado fue el envío de 7.000 proyectos de ley para el Congreso”.
Los usuarios también pueden sugerir proyectos de ley por la plataforma creada en un escenario en el que no se contaba con este tipo de iniciativas populares para un trámite efectivo en el Legislativo, pues se tenía la dificultad de verificación de las firmas en papel.
“La aplicación es gratuita y voluntaria. El punto clave es que hay un sentimiento de desprendimiento de la sociedad de sus representantes, entonces cualquier camino para tener sus voces oídas o tener participación en las decisiones hacen que las personas tengan deseos de participar”, resaltó.
Para Lemos, “la tecnología es un camino para el restablecimiento de la confianza con nuestros representantes”.
Para los ganadores, Google anunció el pasado lunes que realizará una nueva inversión, de un millón de reales (unos 317.863 dólares), destinada a soporte para el desarrollo de las acciones de inclusión social a través de medios digitales.