Las muertes en Bolivia por influenza subieron de 12 a 17 en una semana, todas ellas en la región oriental de Santa Cruz, al mismo tiempo que se valoran otros dos casos que podrían deberse al mismo factor, informó una fuente oficial.
En contacto con los medios, la ministra de Salud, Ariana Campero, informó que en los decesos reportados “todos eran pacientes con patologías o enfermedades de base”, cuyas defensas estaban comprometidas.
Campero señaló que además “hay dos casos sospechosos” adicionales, de los que todavía se esperan resultados de laboratorio para confirmar si la causa fue la enfermedad.
El sistema de sanidad boliviano ha reportado hasta el momento a 432 casos de influenza, de los que el 93 % corresponden al departamento de Santa Cruz y principalmente a su capital del mismo nombre, mientras que otros pocos son de otras regiones.
Hace una semana las autoridades bolivianas anunciaron que durante la segunda semana de este mes llegarán al país 1,8 millones de vacunas contra la influenza, que costarán cerca de 5 millones de dólares, incluidos los costes de logística.
Las dosis se aplicarán preferentemente a mayores de 60 años, menores de 2 y mujeres en etapa de gestación, considerados como grupos vulnerables.
También se incorpora a esta población en riesgo a pacientes con enfermedades crónicas respiratorias, cardiacas o renales, entre otras.
La influenza es una enfermedad respiratoria con síntomas más exacerbados que los de una gripe común y se transmite por gotas de saliva en cualquier expectoración en las que está presente el virus.
Hace algunos años el serotipo AH1N1 de la influenza cobró notoriedad, pero sin embargo las otras variantes del virus son igual de peligrosas para la salud, informa Efe.
Las autoridades sanitarias consideran que la medida preventiva más importante contra la influenza es el lavado frecuente de manos.