Evacuados de Fukushima denunciaron ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU la precariedad que aún padecen los desplazados por la catástrofe atómica de 2011 y acusaron al Gobierno japonés de vulnerar sus derechos básicos.
En representación del colectivo, Mitsuko Sonoda, una mujer que abandonó su domicilio cerca de la central con su hijo de 10 años por miedo a la radiación, expuso ante el órgano internacional en Ginebra su experiencia y la de otros muchos desplazados que, como ella, no han podido regresar a sus hogares más de seis años después.
“A raíz de la catástrofe perdimos un derecho tan básico como es el no estar expuestos a la radiación”, explicó en una entrevista telefónica a Efe Sonoda, quien reclama al Gobierno “que acepte la responsabilidad moral y financiera” por el accidente y “proteja la salud de las víctimas” por encima de intereses económicos.
Los damnificados, respaldados por la ONG ecologista Greenpeace Japón, han llevado el caso hasta el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en el marco de la evaluación de cada país que realiza periódicamente este organismo, reporta Efe.
“Vivíamos en un entorno natural y una comunidad local maravillosos, pero el desastre nuclear destruyó nuestras vidas”, relató Sonoda antes de su intervención.