Por FREDDY SERRANO DÍAZ
Estratega Político
Un gobierno exitoso escucha, comunica y asume que hasta la improvisación se planifica, lejos que cualquier decisión esté representada en hacer algo de pronto, inesperado, sin aparente preparación previa.
Definitivamente no se puede improvisar a menos que sepamos exactamente lo que estamos haciendo, ahora: ¿está el presidente de Colombia respondiendo con sus acciones a situaciones insólitas o rompe el protocolo con el hallazgo de bandazos instintivos que mayormente no caen bien?.
Muchos, incluso los que no le hemos acompañado, seguimos esperando que Petro lo haga bien, queremos dejar de asombrarnos, entendemos que el repentismo es inevitable, pero la creatividad puede ser demasiado buena para dejarla al azar.
Entendemos que de las explicaciones a la la opinión pública se encargan los dispuestos a convertir una invención en una acción de gobierno, pero hay cosas que son como un dedo ante el sol: decretos sin sustento, aviones que con Duque eran caros, llegar tarde o no llegar, lencería para casa de huéspedes, cuerpo diplomático sin requisitos, vecina nombrada y declaraciones del jefe de Colpensiones y la hoy callada Irene, para enumerar unas cuantas.
En fin, se vale improvisar, siempre que la acción no sea tan parecida a lo que ayer criticamos; no cualquiera puede salir a decir cualquier cosa, la experiencia no anda de prisa y evita al máximo repentizar, comunica con acierto.
Durante décadas Petro fue persistente y nunca se rindió, se preparó, incluso afrontó crisis como la de las basuras en Bogota, pero a su gobierno, el que hoy lo acompaña, le falta cohesión e identidad para hacer las cosas, anunciarlas y presentarlas.
El mandato debe ser más preciso, exacto y ajustado, tener más propiedad y experiencia, ya es hora de gobernar, comunicar bien y dejar de improvisar.