El presidente de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), Juan Pablo Olalquiaga, aseguró hoy que el aumento del salario mínimo no solo es una muestra del “empobrecimiento” de la nación petrolera sino que pone en riesgo la estabilidad de más del 40 % de las empresas.
El salario mínimo de los trabajadores venezolanos pasó de 65.021 bolívares a 97.531 bolívares, lo que equivale a unos 37 dólares a la tasa de cambio oficial más alta (2.640 bolívares por dólar), con una subida del 50 % decretada ayer por el presidente Nicolás Maduro, el tercer aumento en lo que va de año.
En una entrevista con la emisora local Unión Radio, Olalquiaga opinó que el hecho de que hayan “tantos aumentos de salario mínimo seguidos es una manifestación muy clara del empobrecimiento por el cual se viene pasando”.
El empresario indicó que aunque hay un incremento nominal en el salario, “el poder adquisitivo ha venido cayendo de una manera dramática”, por lo que el ajuste no mejora la calidad de vida de los trabajadores frente a la crisis.
“Hoy en día, el salario mínimo es una fracción de lo que solía ser unos años atrás, pero así y todo la dificultad que tienen las empresas para poderlo pagar radica en que sus niveles de operación están muy bajos, las empresas están trabajando a un 32 % de su nivel histórico”, dijo.
La economía del país está, señaló, “en un ciclo continuo de empobrecimiento y disminución de la actividad económica”.
Un estudio de Conindustrias, la principal asociación de empresarios industriales, indicó que “el 44 % de la empresas respondió que de continuar el entorno actual no van a sobrevivir dentro de los próximos dos años”.
Solo en lo que va de 2017, con tres ajustes decretados por el jefe de Estado venezolano el salario mínimo ha experimentado una subida del 360 %, y de más del 1.000 % desde enero de 2016, cuando el sueldo de un trabajador era de 9.648 bolívares al mes.
Los venezolanos reciben además un bono obligatorio de alimentación que pasó con el aumento de ayer de 135.000 bolívares a 153.000 bolívares, unos 58 dólares, pagados a través de una tarjeta que solo puede ser usada para comprar productos de la cesta básica.
Con esto el ingreso mínimo legal de los trabajadores pasó a ser de 250.531 bolívares (95 dólares) por mes.
Venezuela experimenta una de las peores crisis económicas de toda su historia, con elevadísimos niveles de desabastecimiento y de escasez, y aunque el Gobierno socialista ha mantenido oculto los datos de inflación los economistas estiman que el indicador podría romper el techo de los tres dígitos, informa Efe.
Así las cosas, pese a los frecuentes aumentos del salario mínimo el ingreso promedio de un trabajador son insuficientes para cubrir el costo de la canasta básica actual en la que un kilo de carne cuesta alrededor de los 18.000 bolívares, de café 20.000 bolívares, de queso 15.000 bolívares y de azúcar 20.000 bolívares.