Foto: Archivo
La salud de la Gran Barrera de Coral de Australia, el ecosistema de arrecifes de coral más extenso y espectacular del mundo, se encuentra en estado crítico y se deteriora a medida que el cambio climático calienta las aguas en las que se encuentra, dijo un grupo conservacionista internacional.
El sitio, frente a la costa nororiental de Australia y declarado Patrimonio Mundial, ha perdido más de la mitad de sus corales en las últimas tres décadas. La decoloración de los corales en 2016, 2017 y 2020 ha dañado aún más su salud y ha afectado a su población animal, de aves y marina, dijo la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza en un informe.
Le puede interesar: Buzos descubren máquina nazi Enigma de la Segunda Guerra Mundial en mar Báltico
La decoloración se produce cuando el agua más caliente destruye las algas de las que se alimenta el coral, provocando que se vuelva blanco.El grupo puso al arrecife en su lista de vigilancia y calificó su estado de crítico.
Algunas actividades que lo amenazan, como la pesca y el desarrollo costero, pueden ser abordadas por las autoridades, dijo el grupo.
“Otras presiones no pueden abordarse en el lugar, como el cambio climático, que se reconoce como la mayor amenaza”, añadió.
El progreso hacia la salvaguardia del arrecife en el marco de un plan de sostenibilidad a largo plazo hasta 2050 ha sido lento y no ha sido posible detener su deterioro, indicó. Las poblaciones de tortugas -incluidas la caguama, la carey y la verde septentrional- así como el tiburón martillo festoneado, muchas poblaciones de aves marinas y posiblemente algunas especies de delfines están disminuyendo.
Le puede interesar: Facebook prohíbe publicaciones falsas sobre las vacunas del COVID-19
Sin embargo, los esfuerzos para salvaguardar el arrecife están aumentando. HSBC y el gobierno de Queensland dijeron en octubre que comprarían “Créditos del Arrecife”, una unidad comercial que cuantifica y valora el trabajo realizado para mejorar la calidad del agua que fluye hacia el arrecife.
Similar al mercado de compensación de carbono que incentiva la reducción del dióxido de carbono de la atmósfera, el esquema paga a los propietarios de tierras por la mejora de la calidad del agua.