Se nota cuando se va a mercar o en alguna salida a un restaurante. Se nota en las facturas de los servicios públicos, pero también en los arriendos. Se nota en casi todos los gastos del mes.
Por: Yina Ramos
Editora Económica
Cablenoticias
El Dane reveló que el costo de vida en Colombia sigue subiendo. No es una sorpresa. Se siente en casi todos los gastos del mes. “El problema, en mi opinión, es que muy poco se está haciendo al respecto desde las altas esferas, escudándose en el hecho de que es una inflación (efectivamente) global por la guerra en Ucrania, obstáculos en la logística internacional y mayores precios de las materias primas, entre otros”. Todo eso es cierto, como también que los mayores precios de los alimentos en el país traen dentro de sí los efectos del estallido social (paro) de hace un año, que bloqueó carreteras y no dejó que las empresas pudieran trabajar normal y se afectaran todas las cadenas de producción. Pero más allá de esto, el Gobierno se ha quedado corto en sus esfuerzos por controlar esos mayores precios. Sí anunció una reducción a cero de los aranceles a ciertos productos que importamos, pero los efectos de esa medida se verán a mediano y largo plazo, y eso es algo que no se pueden permitir sobre todo las familias más pobres en el país, que ven cómo el dinero cada vez alcanza menos para lo más básico que necesitamos a diario: los alimentos.
Según el Dane, la inflación en Colombia en el último año alcanza niveles de 9.23%, algo que no se veía desde el año 2000. Y los alimentos explican un poco más de la mitad de esa inflación. El llamado ‘corrientazo’ compuesto por arroz, papa, algún grano y un poco de proteína difícilmente se consigue en menos de 12 mil pesos en el mejor de los casos. Ese ‘corrientazo’ aportó casi un 1% anual de esa inflación de más del 9%, seguido por el arriendo con 0.6%, la carne de res con 0.6%, la electricidad con 0.4% y la leche con 0.3%. Para una familia es un fuerte golpe al bolsillo, pero quizá lo que más deberíamos dimensionar es que esa misma inflación de 9.23% se incrementa en 2% cuando se trata de una persona en situación de pobreza. Para las familias pobres, la inflación anual llega a niveles de 11.26%, mientras que para los estratos más altos baja al 7.46%. Son las llamadas “brechas”.
Frente a esto, el Banco Central del país viene haciendo su tarea de subir sus tasas de interés, pero con un costo que podría ser perjudicial para la economía que apenas viene saliendo de la pandemia. Por su parte, el Gobierno tomó una medida de reducción de aranceles a algunos productos importados, cuyo efecto tomará tiempo, y finalmente quedamos nosotros, los ciudadanos. ¿Qué podemos hacer? Siempre es una buena idea ir al supermercado con un listado de lo que se necesita y no salirse de allí. También preguntar por los productos que están en cosecha, y por los sustitutos. Por ejemplo, si el arroz está costoso… ¿con qué lo puedo reemplazar? Y al interior de nuestros hogares, no desperdiciar alimentos y tratar de ayudar siempre que se pueda.