El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ha lanzado un proyecto para desarrollar tecnología nuclear para detectar comida adulterada, un fraude millonario que puede tener graves consecuencias para la salud.
“El objetivo es proporcionar a las autoridades alimentarias aparatos de bajo coste que puedan utilizar directamente en la calle y en los mercados, especialmente en países en desarrollo”, afirma el director del proyecto y especialista en seguridad alimentaria del OIEA, Simon Kelly, según un comunicado de la agencia de la ONU.
Los alimentos adulterados, un 10 % del total de comida comercializada, suponen un fraude que cuesta a la industria alimentaria entre 10.000 y 15.000 millones de dólares cada año, recuerda el OIEA.
Las autoridades “no están adecuadamente equipadas” con tecnología portátil que les permita descubrir con rapidez ese fraude, señala Kelly.
El proyecto, en el que participa también la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y 13 países, entre ellos EEUU, India y China, se aprobó en una reciente reunión en Viena y ofrecerá los primeros resultados prácticos en dos años.
En una primera fase, el proyecto se centrará en analizar de forma rápida leche en polvo y aceite vegetal, dos de los productos más adulterados, reseñó Efe.
Uno de los métodos que podría utilizarse para encontrar adulterantes, elementos contaminantes o moho, es la adaptación de una tecnología de base nuclear que utiliza la policía fronteriza para detectar drogas y explosivos.
“El desarrollo de aparatos de alto rendimiento portátiles como teléfonos inteligentes ha permitido una nueva generación de instrumentos que pueden utilizarse fuera del entorno tradicional del laboratorio”, explica el jefe científico del OIEA, Ian Darby.