La Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó que la muerte de 15 niños sursudaneses a principios de mayo fue causada por la administración de una vacuna contaminada en una campaña de inmunización contra el sarampión llevada a cabo por equipos locales.
Los primeros informes de este suceso llegaron a la agencia sanitaria de la ONU el pasado 8 de mayo y, siguiendo el protocolo, se puso en marcha una investigación con expertos independientes que concluyó el jueves con la confirmación de que un error humano fue la causa de la muerte de los menores.
Las autoridades sanitarias probaron que el equipo que vacunó a los niños “no estaba cualificado para llevar a cabo campañas de inmunización” dado que “una jeringuilla se utilizó en múltiples frascos durante cuatro días en vez de ser descartada después del primer uso”, detalló el portavoz de la OMS Tarik Jasarevic en una rueda de prensa en Ginebra.
La reutilización de la jeringuilla provocó que esta se contaminara, lo que, a su vez, infectó los viales de la vacuna. Quince niños murieron a causa de una sepsis severa. Efe
Además, el personal sanitario rompió la cadena de frío y almacenó el material médico sin refrigeración durante cuatro días, con lo que las vacunas no se mantuvieron a la temperatura recomendada para preservar su calidad.
Al menos 32 menores vacunados en Nachodokopele padecieron síntomas similares a los fallecidos -fiebre, vómitos y diarrea-, pero se recuperaron.
En total, el equipo sanitario local vacunó a 300 personas en este pequeño pueblo.
“La OMS se encarga de la preparación de personal en el ámbito provincial y estas personas, ya formadas, son las encargadas de contratar y enseñar a los equipos que vacunan a los niños”, explicó el portavoz.
“La vacunación no fue administrada por personal de la OMS”, recalcó, pero aseguró que su organización revisará sus protocolos para evitar que un accidente así vuelva a ocurrir.
La agencia sanitaria de la ONU redactó una carta, junto con el Ministerio de Salud sursudanés y Unicef, en la que expresó “su pesar y tristeza más profunda” por el fallecimiento de estos niños, “un evento trágico que podría haberse evitado si la campaña de vacunación hubiese seguido los estándares de seguridad marcados por la OMS”.
El texto recuerda que la amenaza de muerte por sarampión y otras enfermedades evitables se mantiene muy elevada en Sudán del Sur, un país cuyo sistema sanitario es muy precario y en el que reina el caos y la violencia desde 2013 cuando estalló el conflicto interno.