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Cumpliendo con todos los pronósticos y lastrado por la ola de protestas que estalló el pasado octubre contra la desigualdad y en demanda de mejores servicios públicos, el PIB chileno creció en 2019 solo un 1,1 %, su peor dato en una década y lejos del 2,5 % proyectado antes de la crisis.
La economía chilena había acumulado un crecimiento del 2,2 % los primeros nueve meses del año, pero en el último trimestre tuvo una contracción del 2,1 % por los efectos de la crisis social sobre todo en el sector servicios, y especialmente en la educación y el comercio, según publicó este miércoles el Banco Central.
La crisis, la más grave desde la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), ha dejado al menos una treintena de muertos y miles de heridos, además de manifestaciones masivas y episodios de violencia extrema con saqueos, incendios y destrucción de mobiliario público, lo que obligó a muchos a negocios a interrumpir su actividad o trabajar a media máquina.
“Crecer un 1,1 % para Chile es pésimo, tenemos que hacer los esfuerzos para ni siquiera volver al 2 % de los primeros meses del año, sino al 4 % de 2018, aunque con la crisis mundial del coronavirus va a ser muy difícil”, dijo a Efe el profesor de la Universidad de Chile y Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales, Ricardo Ffrench-Davis.
LA PEOR CIFRA DESDE LA GRAN RECESIÓN
El 2019 es por tanto el de peor desempeño económico en una década, cuando Chile se vio afectado por la Gran Recesión y su PIB se contrajo un 1,5 % en 2009.
En un reciente informe, el Fondo Monetario Internacional (FMI) corrigió a la baja las previsiones de crecimiento para 2020, que pasaron del 3 % al 0,9 % y que solo reflejaban los efectos de la crisis social pero no del coronavirus, que en el país ya afecta a 238 personas y ha obligado al Gobierno a cerrar fronteras y a decretar este miércoles el estado de catástrofe.
La agencia de clasificación de riesgo Fitch, además, redujo la semana pasada su perspectiva para Chile de “estable” a “negativa” debido a un contexto de menor crecimiento, mayores déficits fiscales y deuda pública, además de la incertidumbre que genera la crisis social.
“Ha habido una falta de celeridad por parte del Gobierno para emprender reformas que permitan encauzar las demandas sociales que surgieron con el estallido. El crecimiento que se veía en nuestro país ya venia mostrando un resentimiento, en línea con lo que estaba ocurriendo a nivel global”, explicó a Efe Recadero Gálvez, economista de la Fundación Sol.
Según la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento, entre noviembre y febrero de este año un total de 555 compañías han quebrado con respecto al mismo periodo del año anterior, lo que representa un alza del 22 %.
Para Ffrench-Davis, el país debe emprender una reforma tributaria más ambiciosa de la que aprobó recientemente para evitar daños mayores en la población más vulnerable: “El sistema tributario solamente recauda el 25 % del PIB, muy poco para el nivel de Chile. El país está muy lejos del desarrollo pero muy lejos también del subdesarrollo”, añadió.
CAÍDAS EN DEMANDA INTERNA Y MINERÍA
El Banco Central también informó este miércoles de la demanda interna retrocedió un 3,3 % en el último trimestre del año, mientras el sector minero cayó un 2 %, por la debilidad global del precio del cobre, del que Chile es el primer productor mundial.
Por otra parte, la cuenta corriente de la balanza de pagos anotó un déficit de 2.363 millones de dólares en el cuarto trimestre y cerró en 2019 con un saldo negativo de 10.933 millones de dólares, lo que equivale a un 3,9 % del PIB.
La crisis social, que comenzó siendo una protesta de los estudiantes contra la subida del precio del billete de metro y se convirtió en una revolución sin parangón en contra del modelo económico, también ha hecho mella en el peso, que se encuentra en sus mínimos históricos y la semana pasada llegó a cambiarse por 854,5 unidades por dólar.
El Banco Central anunció este lunes una histórica bajada de los tipos de interés del 1,75 % al 1 % por la crisis del nuevo coronavirus, lo que se trata del recorte más grande en una década y se suma a la inyección de hasta 20.000 millones de dólares lanzada en noviembre.
La bolsa también está en caída libre y su principal indicador, el Índice de Precios Selectivos de Acciones (IPSA), ha perdido más de un 40 % desde octubre. Efe
