El próximo presidente de Colombia enfrentará desafíos para tramitar reformas fiscales en medio de la alta polarización política y un moderado crecimiento de su economía, dijo el martes la agencia calificadora de riesgos Moody´s.
Los colombianos elegirán el domingo al próximo mandatario entre el derechista Iván Duque -quien lidera las encuestas- y el izquierdista Gustavo Petro.
Si bien Moody´s espera que se mantengan las políticas favorables al mercado, independientemente de quién gane los comicios, la cuarta economía de América Latina se verá obligada a enfrentar los persistentes retos fiscales.
“Esperamos que el crecimiento económico se acelere, pero no lo suficiente como para evitar recortes de gastos o medidas de ingresos para reducir el déficit fiscal y colocar la carga de la deuda del país en una trayectoria descendente”, dijo Samar Maziad, vicepresidente senior de Moody’s, citada en un informe.
El gobierno tiene como meta un déficit fiscal de 3,1 por ciento del PIB para el 2018 y 2,4 por ciento para el 2019, desde uno de 3,6 por ciento el año pasado.
“La polarización política puede obstaculizar la capacidad del nuevo gobierno para implementar las reformas fiscales necesarias para alcanzarlos y preservar la fortaleza fiscal de Colombia“, agregó.
No obstante, señaló que dada la posición mayoritaria de la centro-derecha en el Congreso, es poco probable que las prioridades de política pública del país experimenten un cambio significativo.
“Moody’s espera que la administración entrante continúe apegándose ampliamente a las políticas macroeconómicas favorables al mercado que han definido a Colombia en los últimos años”.
Los comentarios de Moody´s se presentan en medio de los temores que ha despertado algunas de las propuestas del izquierdista Petro en contra de la industria petrolera y minera, y de los riesgos sobre el actual modelo económico.
La agencia estima que la economía colombiana comenzará a recuperarse modestamente este año hacia una expansión de 2,6 por ciento, para alcanzar un 3 por ciento en el 2019.
La cifra está muy por debajo de la tasa anual promedio de 4,8 por ciento alcanzada durante el superciclo de las materias primas entre el 2010 y el 2014, lo que retrasará la reducción esperada en sus niveles de deuda, informa Reuters.
Agregó que los altos costos y la falta de regulaciones claras limitarán la inversión en petróleo y gas.