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Para enfrentar las devastadoras consecuencias económicas de la pandemia es necesaria una reactivación económica en Colombia. Para ello, existen algunos procedimientos legales que ayudan a impedir que las empresas deban cerrar sus puertas. Uno de ellos es la reorganización empresarial.
No es posible hasta el momento especificar el daño exacto que la pandemia de la covid-19 ha generado sobre la economía mundial, pero los economistas coinciden en que los impactos negativos hasta ahora son severos en la economía global.
En junio de 2020, el informe Global Economic Prospects describió las predicciones a corto, mediano y largo plazo de la pandemia sobre el crecimiento de la economía. Se estima que el mercado global se contraerá en un 5,2% en el 2020, lo cual representaría la peor recesión económica en décadas, equiparable a las de 1929 y 1945. Esto a pesar de los esfuerzos extraordinarios de los gobiernos de todo el planeta por mitigar los daños con apoyos fiscales y monetarios. En un plazo más largo, las profundas recesiones generadas por la pandemia podrían dejar consecuencias difíciles de superar como una disminución en las inversiones y altísimas cifras de desempleo.
Según estimaciones preliminares del Banco Mundial a junio de 2020, América Latina sufrirá una caída en promedio de -7,2% del PIB para este año: la más grave disminución en los últimos 70 años. Por su parte, el Fondo Monetario Internacional augura un descenso de -9,4% del PIB a nivel regional. Para Colombia, la cifra se estima que será de -7,8%, según un informe de la Organización Mundial del Trabajo.
En Colombia, el panorama laboral es desalentador. El Dane informó que el desempleo del país durante agosto de 2020 fue de 16,8% (cuando la cifra de ese mismo mes en 2019 fue de 10,8%). Aunque en julio el desempleo fue mayor (20,2%), no parece estar mejorando la situación tanto para empresarios como para empleados colombianos.
Las pequeñas y medianas empresas son las que peor horizonte tienen, ya que son las más afectadas por los meses que han tenido que paralizar su operación o funcionar a media marcha. El cierre es una amenaza latente para un alto número de empresas en el país.
¿Qué se puede hacer?
Frente a estos datos catastróficos, es necesaria una reactivación económica que se adapte a los cambios desencadenados por la covid-19 y además que sea resistente a futuros desafíos. Para esta reactivación es primordial evitar que las empresas se vean en la obligación de cerrar.
Y una de las mejores opciones que tienen las compañías que enfrentan serias crisis en estos meses es el proceso conocido como reorganización empresarial. La ley de insolvencia económica en Colombia busca que las empresas tengan garantías efectivas del pago de deudas generadas a raíz de la actual crisis económica. El fin de acudir a esta ley es poder conservar y reorganizar la empresa para impedir que sea liquidada, preservar el empleo y proteger los créditos como fuente generadora de riqueza manteniendo de paso buenas relaciones crediticias con los acreedores, incluido el sector financiero.
La intención es llegar a un acuerdo con los acreedores de las empresas que permita satisfacer sus créditos (tanto del capital como de intereses) y conceder plazos y períodos de gracia que le permitan a las empresas tener el oxígeno necesario para retomar el ritmo de sus actividades comerciales.
¿Quiénes se benefician en un trámite de insolvencia económica?
La firma Buitrago & Asociados Abogados Asesores, con más de 20 años de experiencia, es una de las organizaciones en Colombia que se dedica a brindar acompañamiento a las empresas que deciden iniciar un trámite de insolvencia empresarial.
Enrique Buitrago Garzón, gerente general de la firma, explica que el objetivo de los procesos de insolvencia, y en particular de la reorganización empresarial, es llegar a un arreglo atractivo tanto para los acreedores como para la empresa en crisis. La empresa necesita de sus acreedores, pero estos también necesitan de organizaciones a las cuales venderles sus bienes y servicios. Existe una interdependencia negocial y económica que debe perdurar en el tiempo. El ciclo de generación de riqueza se sustenta en la sostenibilidad de las compañías. La liquidación de las empresas no es negocio para ninguno de los actores. En este estadio un crédito puede perderse incluso hasta en un 100%. .
El reperfilamiento de los créditos “Es un bálsamo para todos los actores, y se beneficia a todo el país, ya que una empresa cerrada representa 50, 100, 200 o más empleados menos. Así de sencillo. Nosotros ofrecemos sangre y oxígeno para poder funcionar”, afirmó Buitrago.
¿Cómo sabe una compañía que necesita esta asesoría?
Si una empresa demuestra que no ha sido capaz de pagar proveedores, nómina, impuestos u otras deudas en 90 días o más o está cerca; puede pensar en aplicar para un proceso de insolvencia empresarial.
Esta es la salida razonable y no seguir adquiriendo deudas o envejeciendo las existentes y llegar al punto de poner en riesgo el patrimonio personal o familiar advierte Buitrago: “Infortunadamente cuando las personas deciden contratar un acompañamiento ya tienen varios procesos ejecutivos o de restitución pendientes, con medidas cautelares. Sin embargo, cuando se admite la reorganización esos procesos quedan suspendidos y se evita que se rematen los activos de la compañía”. Otro beneficio de iniciar un proceso de reorganización es que las instituciones financieras pueden excluir de sus listas de deudores morosos a las empresas que están en reorganización.
Los procesos de reorganización en promedio tienen una duración entre 8 a 12 meses, una vez son admitidos, así que se trata de una iniciativa de mediano aliento. La idea es que durante esos meses las empresas destinen su flujo de caja a la operación al pago de proveedores estratégicos, trabajadores, seguridad social, arriendos, servicios y logren seguir operando sin preocuparse por los créditos existentes y sus intereses, estos serán parte del acuerdo
¿Por qué es importante salvar a las empresas con este tipo de trámites?
En últimas, el crecimiento de las economías depende de las empresas, son ellas las que generan empleo, bienestar y riqueza en el mundo. Si ellas están en problemas, o se acaban, se reduce la empleabilidad y la producción de riqueza; solo queda desazón. “Es por eso que es indispensable proteger esa fuente natural y exclusiva generadora de empleo y de riqueza”, dijo Buitrago.
Por último, el consejo para los pequeños y medianos empresarios es que reinventen sus temores y tabúes frente a la manera de salir avantes en las crisis. La mejor forma es tomando decisiones oportunas. Las empresas son un legado y un esfuerzo que hay que mantener. El nombre y la prestancia son intangibles que se rediseñan, así como lo han hecho las grandes multinacionales que han sido parte de estos procesos en múltiples ocasiones.