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Un ensayo clínico dirigido por los epidemiólogos Oriol Mitjà y Bonaventura Clotet concluye que la hidroxicloroquina (HCQ) no previene el contagio de coronavirus en personas sanas que han estado expuestas a un caso positivo ni tampoco ayuda a mejorar los síntomas de la enfermedad.
El estudio, publicado hoy en la revista New England Journal of Medicine, apunta que la hidroxicloroquina no influye en el desarrollo de la covid-19 en personas sanas expuestas a un caso positivo por test PCR ni tampoco tiene efectos en la mejoría de la sintomatología de la infección.
Para llegar a esa conclusión, los investigadores administraron el medicamento durante siete días a personas que habían estado previamente expuestas al virus, lo que les ha permitido desaconsejar la profilaxis postexposición con HCQ.
El ensayo se llevó a cabo en Cataluña del 17 de marzo al 28 de abril de 2020, durante la primera oleada de la pandemia de COVID-19 y consistió en un estudio aleatorizado de fase 3 realizado entre población de la Cataluña central, la zona metropolitana norte y la ciudad de Barcelona, con un total de 2.314 contactos participantes de entre 672 casos positivos.
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Los participantes eran todos mayores de edad y debían haber estado en contacto estrecho, de menos de dos metros, con la persona contagiada durante al menos 15 minutos y en los siete días previos al reclutamiento.
Los criterios de exclusión eran presentar síntomas de covid-19 en el momento de la inscripción, tomar medicamentos contraindicados con la hidroxicloroquina, tener antecedentes de arritmias cardíacas, insuficiencia renal o estar en periodo de embarazo o lactancia.
Los participantes fueron asignados aleatoriamente de forma que a un grupo se le suministró 800 mg de hidroxicloroquina el día 1, seguido de una dosis diaria de 400 mg, y a otro grupo no se le sometió a ningún tratamiento.
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Paralelamente, recibieron una primera visita médica presencial en la que se realizaron cuestionarios de salud y entrevistas estructuradas, un reconocimiento físico y la recogida de muestras nasofaríngeas PCR para analizarlas en el laboratorio, mientras que los días 3 y 7 el seguimiento clínico se hizo a través de llamadas telefónicas de control.
Si un participante desarrolló síntomas de covid-19 durante el tratamiento o en los siete días posteriores, también recibió la visita de un equipo de campo para someterse a un nuevo examen médico y una nueva colección de muestras de nasofaringe PCR.
El día 14 del estudio, los contactos que no habían desarrollado covid-19 fueron visitados a domicilio para someterse a un test PCR y a una prueba serológica.
El estudio ha revelado que la incidencia y progresión de la enfermedad en los contactos participantes es similar entre los pacientes del grupo de tratamiento (5,7 %) y los del grupo de control (6,2 %).
La tasa de transmisión -medida por PCR- mostró la misma tendencia, con un 18,7 % en el grupo de tratamiento frente al 17,8 % del de control. Efe