Un nuevo tipo de vacuna contra el cólera ha demostrado en un estudio preclínico -antes de pruebas con personas- que puede proteger al infectado en las primeras 24 horas tras su administración, frente a los diez días de las actuales, según un estudio que publica hoy Science Translational Medicine.
El fármaco, si se muestra eficaz en humanos y teniendo en cuenta los modelos matemáticos usados por el equipo, “podría cambiar la trayectoria de una epidemia de cólera”, según un comunicado del estadounidense Brigham and Women’s Hospital (BWM), uno de los participantes en el estudio.
Este nuevo tipo de vacuna puede combatir el cólera en dos frentes, por un lado entrenando al sistema inmunitario para detectar y destruir la bacteria a largo plazo, y por otro protegiendo al infectado “de manera inmediata” frente a los efectos de la enfermedad, según un comunicado.
Uno de los autores del estudio Matthew Waldor del BWM explicó que este trabajo representa “un concepto totalmente nuevo en materia de vacunas, pues este agente dual provoca un repuesta inmune a largo plazo, pero también confiere proporción casi inmediatamente”.
Waldor consideró que lo conseguido por el equipo “algo muy diferente” de lo hecho hasta ahora, y aunque reconoció que “aún” no entienden “del todo cómo”, en el sistema preclínico esta “novedosa terapia protege de enfermedades similares al cólera en menos de un día tras ser administrada”.
Las tradicionales vacunas orales contra el cólera están hechas de cepas muertas y tardan unos diez días en hacer efecto, recuerda el comunicado.
El equipo de Waldor diseñó, usando la técnica de la edición genética, una vacuna viva basada en una cepa del cólera que a comienzos de 2010 causó una gran epidemia en Haití.
Además realizaron otro tipo de ingeniería adicional para prevenir algunos efectos secundarios como la diarrea leve y agregaron un antígeno para obtener protección contra la Escherichia coli enterotoxigénica (ETEC, también conocida como diarrea del viajero, que es causada por una especie bacteriana diferente).
La vacuna fue probada en conejos, que no mostraron síntomas similares a los del cólera y mostraron una nula o mínima acumulación de fluidos en el intestino tras la inoculación del fármaco.
Cuando los animales fueron expuestos al cólera, menos de 24 horas después, estos no mostraron signos de enfermedad, mientras que los roedores del grupo de control ya habían muerto todos en ese periodo.
El equipo también hizo un modelo matemático para predecir el impacto en la salud pública que la hipotética vacuna podría tener en comparación con las tradicionales si funciona de la misma manera en humanos, informa Efe.
Dichas simulaciones indicaron que en una población de 100.000 personas una vacuna de actuación rápida podría prevenir unos 20.000 infecciones en comparación con las vacunas que pueden tardar hasta diez días en proporcionar inmunidad.