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Quienes reciben la vacuna contra la gripe reducen significativamente los riesgos de infarto, ataque isquémico transitorio y paro cardíaco, según una investigación preliminar publicada hoy por la American Heart Association.
El trabajo, que se presentará esta semana en la reunión científica virtual de ciencias cardiovasculares de la American Heart Association indica, sin embargo, que las tasas de vacunación contra la gripe estacional entre los grupos de alto riesgo en Estados Unidos son muy bajas.
Según los investigadores, es algo bien conocido que el estrés que provoca la infección de la gripe en el cuerpo puede aumentar el riesgo de sufrir un ataque cardíaco o un derrame cerebral.
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“Nuestros hallazgos muestran que las vacunas contra la gripe están subutilizadas”, cuando los grupos de riesgo, especialmente los mayores de 50 años, deberían hacerlo anualmente, dijo Roshni Mandania, autora principal del estudio, del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad Tecnológica de Texas en El Paso.
De los más de 7 millones de pacientes de alto riesgo hospitalizados en EE.UU. que sirvieron de muestra a los investigadores, solo 168.325 habían sido vacunados contra la gripe.
Además, agregaron, los mayores de 50 años tenían “significativamente menos probabilidades” de ser vacunados, con un porcentaje de 1,8 frente al 15,3 % de la población en general.
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Y los mayores de 50 años que fueron vacunados tuvieron el año posterior a la vacunación un riesgo un 28 % inferior de ataque cardíaco, un 73 % menor de muerte, un 47 % menor de ataque isquémico y un 85 % menor de paro cardíaco.
La investigadora aseguró que se requiere una iniciativa de política de atención médica para aumentar la vacunación contra la gripe entre todos los pacientes, y especialmente en los grupos de alto riesgo.